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Del barro de Bankia al lodo del rescate

Los momentos que vivimos son especialmente difíciles y dramáticos. España presenta tres problemas económicos: crecimientos, alto nivel de endeudamiento y bancos en apuros o sin suficientes recursos. Recientemente se han anunciado ayudas europeas a bancos. Las mismas afectarán, de momento, al déficit público al ser canalizadas por el MEDE, con prelación de pago sobre el resto de deudas. No se rompe con ello el círculo vicioso: ayuda banca-déficit público.

Sobre el futuro no existen más que declaraciones sin concretar, por tanto hay que esperar. A cambio se cede el control del sistema crediticio y se dota de mayor autonomía al BCE. Algo que después de la era MAFO parecía más que conveniente. Europa se hará cargo de algo que nuestros políticos no han sido capaces de acometer: liquidación de bancas no viables, control exhaustivo de las cuentas y afectación a inversores. La ayuda y recapitalización de la banca española no garantiza la circulación del crédito, ni la viabilidad de algunas entidades. Además, la "vuelta de tuerca" a los inversores con la elevación de las necesidades de capital, afectará directamente a bonistas y accionistas tanto en las entidades viables como no viables. Esta medida no repercutirá a corto y medio plazo en el primer y gran peligro de nuestra economía: el crecimiento.

En cuanto al endeudamiento de la economía nacional, provocado por el sector privado y en menor medida por el público, el Estado debería racionalizar el gasto, mediante una rebaja del mismo. Ésta debe dirigirse a partidas superfluas e innecesarias. En cuanto al "tijeretazo" a funcionarios, desechando demagogia, no conlleva una mayor eficiencia de sus funciones. Deja pendiente medias para evaluar la función pública, mayor disminución de ayuntamientos y concejales, suspensión de diputaciones provinciales, menor salario (presente, futuro y en "especie") y plantilla a políticos y consejeros "a dedo", liquidación de sociedades públicas y eliminación de gastos superfluos. La subida del gravamen del IVA no garantiza mayor recaudación, algo expuesto por Ibn Jaldún en el medievo y desarrollado por Laffer recientemente. Es más, si el ministro Montoro achaca menor recaudación a la bolsa de fraude, la subida viene a tapar su ineficiencia en el fraude.

De acuerdo con esta argumentación, el contribuyente que paga pagará aún más para suplir a los defraudadores. No me pregunten por mi valoración sobre el crecimiento dado que no existen medidas sobre esta cuestión, las ya existentes penalizan aún más al mismo. Hasta Mario Draghi reconocía que una subida en este momento del IVA podría empeorar más las cosas. España intervenida, el mal hacer en Bankia detonante de la intervención. A corto plazo, mayor recesión.

Miguel A. Bernal Alonso, profesor colaborador del Instituto IBE.

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