
La economía global se enfrenta a menos obstáculos que en 2011 y muchos son los motivos para ello. En primer lugar, hasta ahora 2012 no ha visto una repetición en el repunte en los precios del petróleo como ocurrió en la primera mitad de 2011 cuando aumentaron más del 50% en comparación con el precio medio de 2010. Asimismo, la aguda caída en los niveles de confianza en Estados Unidos que se vieron a mediados de 2011 es muy poco probable que se vuelva a producir mientras las cifras de desempleo sigan bajando a buen ritmo. Además, los bancos centrales siguen interviniendo activamente en el mundo desarrollado. En contraste con 2011, el BCE ha aumentado su intervención y ha ayudado a reducir el riesgo sistémico en la Eurozona.
No cabe duda de que las economías desarrolladas están sufriendo por las consecuencias de una elevada deuda tanto privada como pública y, en algunos casos, por la existencia de unos precios inflados de los activos. Se necesitará un tiempo de ajuste después del ciclo de deuda sin precedentes acabado en 2007. Pero el proceso está en camino, e incluso aunque este camino está lleno de peligros deflacionarios algunos países han conseguido cosechar buenos progresos. Ayudando a los bancos a conseguir su principal misión, los bancos centrales jugaron un papel fundamental previniendo al sistema de una explosión tras la crisis de Lehman. Sobre todo, crearon las condiciones que podrían hacer que la economía global recupere su salud.
En Estados Unidos, el sistema financiero ha vuelto a unas condiciones de trabajo normales y los bancos han vuelto a conceder préstamos. Sin embargo, el déficit estadounidense sigue siendo el foco de todas las preocupaciones: dado el atasco político de Washington, ¿cómo puede encontrarse una solución razonable? 2013 será un año complicado, ya que intentar reducir el déficit no sólo será muy complejo, sino que también amenazará el crecimiento. El mercado inmobiliario es aún frágil y el excedente de inventarios está ejerciendo presión sobre los precios. Afortunadamente, tal y como demuestran un gran número de indicadores, la situación ya ha empezado a estabilizarse. Ha habido una subida pronunciada en los edificios de apartamentos debido al incremento en los alquileres y al aumento del interés en el sector por parte de los inversores.
Europa, por su parte, todavía no ha salido de la crisis, pero la situación varía mucho de un país a otro. Las nubes de recesión seguirán durante todo 2012, en medio de los esfuerzos gubernamentales por reducir la deuda pública. Como puede verse en el caso de España, estas medidas serán difíciles de implementar. Inevitablemente este proceso tan complicado producirá decepciones. Sin embargo, lo que de verdad importa es mantener las nuevas políticas en curso. Del mismo modo, el grado de dificultad varía de un país a otro; además, Europa, no es una zona autosuficiente y su salud económica depende en gran medida de las tendencias de crecimiento global. Por lo tanto, deberíamos esperar datos económicos pobres en un momento que golpeará el sentimiento de los inversores. Los bancos son, de forma clara, el eslabón más débil en Europa. El BCE ha estado interviniendo con éxito durante un tiempo, pero la gestión de la deuda soberana seguirá alimentando las preocupaciones. Los balances de los bancos en Europa son también un problema, pero de ninguna forma comparable con la situación de los bancos en Estados Unidos.
En la zona emergente, las preocupaciones de los inversores se centran en China y la transición política de este año no ha hecho más que exacerbar las dudas. Hay señales por todas partes que indican que la economía se está ralentizando, pero esto ha sido orquestado por el Gobierno y las cifras del primer trimestre muestran que la caída es limitada. Se espera, por tanto, que la economía empiece a coger velocidad en el segundo trimestre. En términos más generales, las economías emergentes líderes tienen suficiente libertad para asegurarse que su crecimiento se mantiene vigoroso y la mayoría han empezado a actuar.
Philippe Uzan, director de Inversión en Edmond de RothschildAM.