El 6 de mayo hubo un cambio sísmico en la política griega, ya que los dos partidos tradicionales, Nueva Democracia (ND) y Pasok, no lograron conseguir conjuntamente la mayoría absoluta del parlamento. Con independencia de que se celebren o no otras elecciones el 17 de junio, hay tres organizaciones de coalición principales que podrían surgir en Grecia: una coalición que se oponga al rescate, una que lo favorezca o una coalición de unidad nacional. Con todo, sea cual fuere la composición del Gobierno, promete ser una componenda endeble e insostenible y probablemente sólo proporcionaría estabilidad política durante unos meses. Los dos primeros escenarios ya se han desechado.
1. Coalición opuesta al rescate encabezada por Syriza. El partido de extrema izquierda ha cobrado más apoyos desde las elecciones y probablemente será el favorito en unas segundas elecciones griegas. Si Syriza consiguiera el primer puesto, se le adjudicarían 50 escaños de bonificación en el Parlamento y podría formar una coalición de izquierdas opuesta al rescate con mayoría absoluta. Alex Tsipras, líder de Syriza, anunció inmediatamente después de las elecciones del 6 de mayo que, si alcanzaba el poder, no sólo intentaría conseguir una moratoria de la deuda, sino también el fin a las medidas de austeridad estipuladas en virtud del segundo programa de rescate. Si se formara un Gobierno de izquierdas liderado por Syriza, a continuación Grecia y la troika (la Comisión Europea, el BCE y el FMI) medirían sus fuerzas para ver quién se rinde primero. Esto elevaría significativamente el riesgo de impago de Grecia y de que abandone la zona euro este mismo verano. Una opción más plausible es que Syriza rebaje la retórica de campaña y sólo pretenda conseguir una renegociación parcial del segundo paquete de rescate.
2. Coalición que favorezca el rescate, con ND, Pasok y al menos un partido menor. Aunque los partidos tradicionales han perdido apoyo es posible que puedan recuperarlo. Habida cuenta del alto grado de incertidumbre puede que los votantes vuelvan a confiar en lo malo conocido. Si Democracia Nacional (DN) y Pasok logran conservar o incrementar sus apoyos en las segundas elecciones, DN podría salir en cabeza. Hay dos partidos pequeños a favor de la empresa -Drasi y la Alianza Democrática- que están sopesando la posibilidad de presentarse juntos si se celebraran las segundas elecciones. Si se unen y traspasan el umbral para entrar en el Parlamento, podrían estar dispuestos a coligarse.
3. Coalición de unidad nacional. Papoulias, presidente de Grecia convocó ayer a DN, Pasok, Syriza e Izquierda Democrática (ID) para forjar una coalición entre ellas. DN, Pasok e ID han acordado que la participación de Syriza en el Gobierno es condición previa para formar coalición, porque sería de lo más perjudicial tener un partido tan grande y hostil en la oposición. Sólo existe una levísima posibilidad de que Papoulias logre convencer a Syriza de que aúne fuerzas para formar una coalición de unidad nacional (un 5 por ciento de probabilidad). También podría surgir un Gobierno de unidad nacional tras las segundas elecciones si la troika ofrece concesiones sobre el rescate, que podrían incluir un acuerdo de participación del sector oficial para que Grecia imponga un recorte de su deuda en manos de otros países de la UE, fondos de rescate de la UE y el BCE. La troika se vería incentivada para ofrecer concesiones a Grecia sobre el rescate por el enorme coste de un impago griego y el abandono de la zona euro. De los 400.000 millones de euros que adeuda Grecia, más de la mitad (252.000 millones de euros) se deben a acreedores del sector oficial (170.000 millones están en manos del BCE). Asimismo, la salida del euro y el impago unilateral y desordenado por parte de Grecia sería difícil de contener, y los países más grandes de la periferia del euro -Italia y, en especial, España- ya están sometidos a una presión significativa en los mercados. No obstante, un Ejecutivo de unidad nacional tampoco es una solución a largo plazo. Los partidos están muy divididos en cuanto a austeridad y reformas estructurales. Es muy improbable que Grecia cumpla sus objetivos de rescate; por ello, con cada revisión de la troika el Gobierno heleno tendría que incrementar la austeridad.
Es muy probable que Grecia vuelva a las urnas y que Syriza dirija la coalición que surja. Es difícil saber quién se echará primero para atrás, pero una política tan arriesgada podría acarrear errores: al mirar al abismo, puede que Grecia opte por saltar en lugar de por echarse atrás. Aunque un impago desordenado y la salida del euro en el segundo semestre de 2012 no es nuestro supuesto base, los resultados de las elecciones griegas del 6 de mayo lo hacen menos descartable. Aunque no ocurra, el resultado más estable de las elecciones griegas no resulta particularmente estable. Los mayores partidos políticos están profundamente divididos por el segundo rescate, y estas divisiones no harán sino aumentar mientras el Gobierno se vea forzado a implementar más austeridad para intentar cumplir los objetivos de rescate. Haya o no elecciones en junio, es muy probable que el Gobierno caiga y que se celebren nuevos comicios antes de que acabe el año. Grecia ha iniciado un período caracterizado por ciclos de elecciones, nuevas medidas de austeridad, malestar social y nuevas elecciones. Finalmente, el electorado empezará a pensar en alternativas a los rescates y la austeridad exigida para mantenerse en el euro y optará por un Gobierno que esté dispuesto a ponderar los costes y beneficios de la pertenencia a la zona euro. Cuando esto ocurra, esperamos que el Gobierno vea que los primeros superan a los segundos, y que Grecia opte por abandonar la moneda única.
Megan Greene, Roubini Global Economics (RGE).