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Bernanke, el sector financiero y JPMorgan

En la imagen, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

La última semana estuvo marcada por las noticias en el sector financiero, pero con un signo claramente distinto a ambos lados del Atlántico. Por una parte, las noticias en Europa sufrieron un drástico giro desde que, a principios de semana, todas las miradas estuviesen puestas en los resultados electorales de Francia y Grecia, para pasar a cuestionar la solvencia del sistema financiero español tras la nacionalización de Bankia y el anuncio de las últimas medidas por parte del Ejecutivo español que afectarán a la reforma financiera.

Al otro lado del Atlántico, a pesar de la preocupación por las noticias provenientes del Viejo Continente, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aprovechaba su participación en la conferencia anual sobre bancos organizada por la Fed en Chicago para hablar sobre la situación del sistema financiero estadounidense. Afirmó que se ha registrado una visible mejora en los últimos cuatro años.

Durante su intervención, Bernanke destacó que el sistema bancario ha mejorado sustancialmente en los últimos años, debido sobre todo a que las entidades financieras han sido capaces de aumentar su liquidez y han mejorado la calidad de sus activos. Asimismo, declaró que este sector se ha visto fortalecido desde el comienzo la crisis, lo que se ha traducido en un aumento de la concesión de créditos -aunque admite que los deudores hipotecarios están sufriendo una lenta recuperación debido a las estrictas condiciones asociadas a la concesión de los mismos-.

En esta misma línea, a principios de la semana pasada, la Reserva Federal confirmaba que el crédito al consumidor creció en marzo a su ritmo más rápido desde noviembre de 2001. En marzo registró un incremento del 10,2% respecto a febrero, dos veces más de lo esperado por el consenso de analistas. No obstante, Bernanke advertía que las condiciones de crédito en algunos sectores, como el inmobiliario, continúan siendo muy ajustadas, y destacó que, desde máximos, las concesiones de préstamos hipotecarios se han contraído un 13%.

El presidente de la Fed aludió al intento de fortalecer la economía americana para asegurar la sostenibilidad de su sistema financiero por parte de la Reserva Federal. De ahí que resaltase las pruebas de resistencia a las que se han visto sometidas las 19 mayores entidades bancarias de EEUU, y que sirven de antesala a la aplicación de Basilea III, con entrada en vigor en 2019. Para su realización, la Reserva Federal utilizó hasta 25 variables diferentes, previendo una variación drástica de los escenarios macroeconómicos, a fin de garantizar que el sistema financiero esté preparado para hacer frente a posibles fluctuaciones económicas adversas, lo que significaría que los bancos podrían sobrevivir y continuar prestando dinero si se sucediera una crisis financiera peor que la de 2008. Recordemos que algunas de las variables utilizadas en esos test fueron: una subida de la tasa de paro de hasta el 13%; que el mercado de valores experimentara una pérdida del 50% de su valor, o un desplome del 21% en el precio de la vivienda desde niveles actuales.

No obstante, resulta paradójico que pocas horas después del optimista discurso del máximo representante del banco central estadounidense, la prensa mundial se hiciese eco de la noticia sobre la pérdida registrada por parte de JPMorgan Chase de 2.000 millones de dólares en las últimas seis semanas debido a una estrategia fallida en derivados. Este hecho ha sido calificado por su consejero delegado, James Dimon, como de error lamentable. Dicho esto, JPMorgan cierra la semana con sólidas caídas por el castigo de los inversores, y no cabe duda alguna de que este error le pasará factura a una institución financiera que presumía estar en situación privilegiada respecto a sus competidores.

Sin embargo, este tipo de operaciones estarán prohibidas en dos años. Pues el pasado 19 de abril el Gobierno estadounidense anunció que la regla Volcker entrará en vigor en la segunda mitad de 2014; una norma que limitará la toma de riesgos financieros por parte de instituciones que formen parte de la banca comercial y que, en parte, imposibilitará el uso de este tipo de prácticas de riesgo en el futuro.

Luisa Martínez, jefa de Análisis Miramar Capital Asesores EAFI.

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