
En una coyuntura económica como la que vive España en la actualidad la actividad microfinanciera es muy necesaria. Está dirigida a apoyar a personas que quieren iniciar o hacer crecer un pequeño negocio para mejorar su nivel de vida, pero que por no disponer de avales ni garantías, no tienen ningún acceso a las fuentes de financiación en el sistema financiero formal.
La gran tragedia española, es que hay mucha gente que quiere trabajar, y que sin embargo, está excluida financieramente. El microcrédito es y puede ser esa pequeña ayuda para salir adelante.
¿Qué es una Institución Microfinanciera?
Además, muchas de estas personas que están recibiendo prestaciones sociales, estarían dispuestas a sustituirlas por la posibilidad de emprender su propio negocio. Pero no nos confundamos, estas personas no necesitan un préstamo pequeño por parte de un banco. Necesitan que una entidad microfinanciera (IMF) -¡ojo, no financiera¡- les apoye, les aconseje e incluso les forme para que su proyecto salga adelante. Porque la gran diferencia entre una entidad microfinanciera y una entidad financiera es que el objetivo de la primera es dar todo el acompañamiento necesario para sacar a esas personas adelante. No tanto que devuelvan el préstamo para obtener un beneficio financiero. El fin social es lo que diferencia el sector microfinanciero del financiero, tal y como lo concibió el Premio Nóbel de la Paz Muhammad Yunus.
Desde nuestro país, la AECID destina 200 millones de euros para apoyar las microfinanzas en países en desarrollo, sin embargo, dentro de España el sector microfinanciero se ha desplomado con el "colapso" de las cajas de ahorro. En el momento álgido del sector en España, en el año 2009, se entregaron 5.172 microcréditos por valor de 46,6 millones de euros, mientras que en Francia fueron 28.863 por un valor de 152 millones de euros1.
Como se puso de relieve en el I Encuentro Nacional de MicroFinanzas que tuvo lugar en septiembre de 2010 organizado por el Foro de MicroFinanzas, los microcréditos que, desde el año 2001, se han otorgado en España, los han concedido mayoritariamente las cajas de ahorro. Las entidades sociales (ONG, fundaciones, etc..), por lo general, han realizado el trabajo social a las cajas, a cambio de alguna pequeña subvención. En nuestro país, las entidades sociales, a pesar de tener el contacto directo con los potenciales receptores de un microcrédito, no pueden legalmente conceder microcréditos como actividad principal. Por ello se ven abocadas a depender de las instituciones financieras o de las entidades públicas para desarrollar sus programas de microcrédito. Resumiendo: no existen verdaderas Instituciones Microfinancieras (IMF) en España reconocidas legalmente para conceder microcréditos con vocación social.
Hacia una nueva legislación
A partir del I Encuentro Nacional de Microfinanzas, se creó un Grupo de Trabajo para promover una Legislación Microfinanciera Española, que entre otras cosas permita el nacimiento de IMF en nuestro país, cuya finalidad sea la concesión de servicios microfinancieros y la promoción del autoempleo y la cultura emprendedora entre las personas excluidas social y financieramente. Este grupo de trabajo, que reúne periódicamente desde septiembre de 2010 a una treinta organizaciones para trabajar directamente en el desarrollo de esta nueva legislación, también está en contacto y en colaboración con cerca de una centena de entidades que representan todo el sector y todas las tendencias sociales y políticas, desde cajas de ahorros, ONG, fundaciones, universidades, consultores, asociaciones de mujeres, despachos de abogados, asociaciones de inmigrantes, representantes del Fondo Social Europeo, ayuntamientos, personal de ministerios y antiguos empleados de la banca. Además, este grupo está en coordinación con Instituciones Europeas y con la Red Europea de MicroFinanzas. El objetivo es que los fondos europeos que existen y que no están llegando a España por no haber IMF, puedan en un futuro cercano ser aprovechados por nuestro país.
Este Grupo de Trabajo está tomando como referencia algunas de las legislaciones que se han desarrollado durante los últimos años en otros países europeos. En algunos casos, se están copiando las buenas prácticas, y en otros, las lecciones que no tenemos que repetir. La legislación francesa es la que nos está sirviendo mayoritariamente de modelo, pero no sólo porque ha servido para "visibilizar" gran parte de la economía sumergida, sino por el fuerte compromiso de todas las instituciones tanto a nivel local como gubernamental y europeo. Y la razón es muy sencilla: es rentable para el individuo y la sociedad. En general, dar a las personas las herramientas adecuadas para que se pongan a trabajar en vez de recibir prestaciones sociales es beneficioso para todos.
Durante la pasada semana, los días 18, 19 y 20 de abril de 2012, se celebró el II Encuentro Nacional de Microfinanzas gracias a la colaboración de la Fundación NantikLum, la Universidad Pontificia Comillas y la Universidad Autónoma de Madrid. En este II Encuentro se trató el seguimiento al trabajo emprendido durante el I Encuentro, los expertos en la materia a nivel internacional debatieron y se evaluaron los progresos alcanzados hasta la fecha para finalizar aprobando la Propuesta de Legislación Microfinanciera Española que deseamos elevar a las instancias políticas para hacer realidad el nacimiento y desarrollo de una verdadera industria microfinanciera que consideramos importante para el futuro bienestar de España.
Jaime Durán, Codirector del Foro de Microfinanzas y Coordinador del Grupo de Legislación Microfinanciera Española.