Firmas

Cambiar para que todo siga igual

Amador G. Ayora, Director de elEconomista.

El periódico que hoy tiene en sus manos marcará un antes y después en la vida de elEconomista. Hemos aprovechado el sexto aniversario de la salida a los kioscos para presentar una imagen más austera, acorde con los tiempos. Cuando nacimos en 2006, optamos por una cabecera con fondo naranja, el color de los economistas, como reclamo en el punto de venta frente al resto de periódicos. Hoy ya no es necesario, porque nos hemos consolidado como un producto de prestigio, que el lector busca por su nombre. Por eso, adoptamos una imagen más clásica, reflejo de la veteranía.

Actualizamos la presentación de todas las páginas, aunque de manera discreta. Mantenemos la separación por colores de los cuatro grandes bloques de información (Opinión, Empresas y Finanzas, Bolsa e Inversión y Economía) en los que se divide el periódico. Una idea que desde el nacimiento fue copiada por otros medios tanto de ámbito nacional como internacional. Las páginas no crecen en tamaño, pero sí en texto. Las cabeceras de sección, más estrechas, mejoran el espacio para la escritura. El hueco para las fotos aumenta. El tipo de letra mantiene su tamaño para facilitar la lectura por personas de cualquier edad, con excepción de los titulares, que acogen más palabras, con objeto de explicar mejor las noticias. La portada gana también en número de temas, con el fin de recoger de un solo vistazo toda la actualidad del día. Una de las innovaciones es la introducción de un sumario horizontal a pie de página, que suprime al anterior de tipo vertical, lo que contribuye a incrementar el número de temas en primera página.

Un sinfín de pequeños detalles ejecutados en tiempo récord por nuestro equipo de diseño dirigido por Pedro de Vicente. Pero hay muchas cosas que no cambian: la sencillez y la claridad que nos diferencia de la competencia, la elección de los asuntos cercanos a la realidad y, sobre todo, la defensa de unos principios basados en la libertad del mercado, frente a la intromisión del Estado. Principios que la crisis pone nuevamente en valor, frente a la vieja ideología basada en las subvenciones y la protección pública, que nos condujo al actual desastre colectivo. En mi opinión, si en la mayor crisis financiera de la historia reciente, elEconomista se ha revelado como el primer medio económico en habla hispana y portuguesa, con casi seis millones de lectores, es porque jamás se arrugó con sus informaciones ni en la defensa de sus principios.

El anterior Gobierno intentó ningunearnos e instituciones, como el Banco de España, siguieron sus instrucciones. elEconomista es el único medio nacional que informó con antelación y valentía de que España estaba al borde del abismo, a punto de ser intervenida por la Unión Europea. Zapatero adoptó poco después un plan de austeridad insuficiente, que Rajoy está completando. La mejor garantía de futuro es que nuestro ideario jamás cambiará.

Amador G. Ayora, Director de elEconomista.

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