Firmas

¡Menudo mazazo!

El PSOE ha dejado un déficit del 8%. Otra vez, arcas más vacías y trampas en la contabilidad de deudas.

El nuevo Gobierno ha sido menos previsible de lo inicialmente pretendido tras las primeras medidas de calado tomadas en el último Consejo de Ministros de 2011. La razón: el Ejecutivo recién cesado nos mintió, una vez más.

Tal como recogían previamente los medios, el Gobierno ha procedido a congelar el sueldo de los empleados públicos, quienes arrastran un recorte medio del 7 por ciento desde 2011, al tiempo que establece una tasa de reposición nula en la contratación de personal de la Administración, que significa un recorte neto, con las salvedades de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado, personal sanitario de la red nacional y personal docente. Pero en los niveles donde el número de empleados públicos ha crecido, y lo ha hecho a tasas de escándalo (transferencias descontadas), es en las comunidades autónomas y corporaciones locales, donde el Gobierno tiene menos influencia para reparar la injusta carga impuesta sobre los contribuyentes de una sobredimensión del aparato público, muchas veces para colocar adeptos, comprar voluntades, pagar favores o arrinconar a adversarios propios.

Igualmente, y sobre una previsión de inflación del 1 por ciento (se abandona el famoso objetivo del BCE por una predicción más verosímil para nuestra lánguida economía), se elevarán todas las pensiones en la citada cuantía, añadiendo la revalorización prevista por el Pacto de Toledo en caso de que en noviembre de 2012 la inflación supere dicha tasa. Este 2011, el de la congelación de las pensiones, la inflación de noviembre alcanzó el 2,9 por ciento, que apunta su pérdida de valor.

Y también,como se avanzó el miércoles, se ha congelado el salario mínimo interprofesional, una fijación de precio que tantos desajustes lleva provocando entre oferta y demanda del mercado laboral, desde el franquismo.

Hasta aquí lo previsto y anunciado. Sin embargo, la realidad ha impuesto una lista de medidas mucho más duras de las que se discutían días atrás, sobre todo cuando surgió la disputa de si el ministro de Economía admitía un recorte de unos 4.000 millones y se ponía en la intención del ministro de Hacienda ?quien no se pronunció sobre números al respecto? un ajuste menor, de unos 2.000 millones. Pues bien, en concordancia con lo ocurrido en muchas autonomías, y a pesar de que creímos que en la Administración Central no iba aproducirse otro tanto, máxime por la vigilancia a la que nos sometía la UE, el Gobierno socialista ha dejado mucho peor las cajas de lo que decía e incluso de lo que se estimaba: el déficit oficialmente comprometido del 6 por ciento?que se admitía alcanzaría el 6,8 ó 6,9, aunque luego fuese del 7,3 por ciento del PIB? se acercará al 8 por ciento del PIB, con un incumplimiento de un tercio más sobre lo dicho a los ciudadanos y Bruselas. ¡Tanto esfuerzo inútil, por nuestra parte, en estos tres últimos años!

De nuevo las arcas más vacías de lo dicho y trampas en la contabilización de deudas y compromisos adquiridos. Las empresas norteamericanas están tan hartas de que las Administraciones no paguen y que se incumplan los compromisos que han advertido de que si no se tomaban medidas serias al respecto, se irían. Y las españolas, porque no pueden nacionalizarse en otro sitio; y las que tienen negocios fuera han expandido allí su actividad, siendo nuestro territorio un lastre para sus resultados.

De manera que el recorte en la disponibilidad de gasto hasta el 31 de marzo será, ni más ni menos, de 8.900 millones o, prolongado a lo largo del año, de 35.600 millones. Además, hay una subida de impuestos durante los próximos dos años en el IRPF, en las rentas del capital y del ahorro y en el IBI, que se efectúan de forma progresiva y supondrán 6.200 millones de ingresos adicionales, segúndicen. No me gusta nada la subida de impuestos, pero esde suponer que servirán para realizar pagos inmediatos y comprometidos, como salarios, pensiones, servicios y, sobre todo, facturas pendientes. Tales mazazos se han tratado de paliar con el anuncio de recortes en las subvenciones a partidos, sindicatos y organizaciones empresariales del 20 por ciento (pocome parece para los ajustes de la población), una importante reducción ?del 30 por ciento? en las estructuras administrativas y en las direcciones generales, así como la bienvenida supresión de subvenciones al gasóleo profesional, que a la vez que distorsionan precios y cantidades eficientes favorecía a ciertos grupos deempresarios o autónomos frente al resto de actividades. Si los oferentes de tales servicios tienen que subir sus precios, háganlo y luego sométanse a competencia.

A pesar del duro golpe recibido, creo que el Gobierno ha hecho muy bien no ocultando la situación real a los españoles y explicándonos la cuantía de las medidas, ajustes o recortes. Los españoles esperamos ahora que los sacrificios impuestos sirvan de verdad para paliar la situación, rellenar las cajas y atender a nuestros compromisos internacionales. Es hora de que los políticos dejen de jugar con nosotros y, sobre todo, a nuestra costa.

(Fernando Méndez es profesor de Economía de la UCM)

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