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Fabián Estapé: Tras la bola de cristal

¡No ganamos para sustos! Y es que, en su último informe semestral, la OCDE se ha dado cuenta de que la Eurozona "parece haber entrado en ligera recesión" y su economía prácticamente se estancará en 2012 debido a la crisis de la deuda, que podría tener consecuencias "devastadoras" para todos los países ricos. Permítanme ser cáustico y preguntar a las cabezas pensantes de la OCDE: ¿Ahora se ve de forma oficial el fin del mundo, cuando cientos de profesionales que hemos sido tildados de "profetas apocalípticos" llevamos largo tiempo avisando de lo que veíamos en nuestra bola de cristal? ¿Y cuál es para ese organismo el concepto de "ligero"?

Pues sí, el economista jefe de la organización, Pier Carlo Padoan, nos ha regalado unas perlas que nos han dejado ojipláticos al afirmar, entre otras cosas, que los efectos "de un acontecimiento negativo mayor en la zona euro (dada su dantesca situación, lo más tremebundo que se nos ocurre es que se rompa la, por otra parte inestable, avenencia del matrimonio Merkozy y cada uno empiece a hacer la guerra por su lado) podrían ser muy devastadores y hundirían con seguridad a toda la zona OCDE en una recesión con un retroceso sensible de la actividad en EEUU y Japón, mientras que se prolongaría y agravaría la recesión en la zona euro".

Que se vayan preparando...

Pues que se vayan preparando los terceros en discordia porque, tal como está el panorama, no hay visos de mejoría entre los eurosufridores (pese a que la prima de riesgo belga y gala hayan caído y el diferencial de España, pasmosamente, se acerque a los 300 puntos, cuando hace sólo unos días superase los 500).

Vayamos punto por punto. Portugal ha tenido que adoptar un Presupuesto implacable e inexorable (estos dos calificativos no hacen justicia a su crudeza) con el que "pretenden" reducir drásticamente su déficit.

La impopular austeridad

Pues bien, consultando una larga lista de antecedentes, a nuestro juicio, sólo lograrán agravar la recesión y un desbordamiento del malestar social. Y es que, créanme, no hay nada más impopular que las medidas de austeridad, sobre todo las que afectan a los recortes salariales (en este caso, se han centrado sobre todo en los funcionarios) y las subidas de impuestos (el IVA, que pasará del 13 al 23% en diferentes productos, entre ellos en la hostelería).

Los griegos ya han clamado airados a los dioses del Olimpo. Apenas un mes después la renovación del Gobierno, los sindicatos del sector público y del privado han organizado una nueva huelga general. Un parón de 24 horas secundado masivamente que hace un flaco favor a la dinámica de un país ahogado por la deuda. Los griegos no se lo están poniendo nada fácil a su nuevo presidente, que a cambio del tramo de 8.000 millones debe aprobar un Presupuesto que sólo incluye subidas de impuestos y recortes de gasto... poco dura la alegría en casa del pobre.

Por añadido, a Monti se le escapa el control de la deuda; la prima de riesgo italiana, pese al cambio político, sigue en niveles insoportables, circunstancia que aprovecha Berlusconi para hacer campaña en los medios bajo su control por una "Italia fuera del euro" y, de paso, allanar su vuelta al ruedo.

¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

Los entendidos, que parece ser que sobre estos asuntos hoy proliferan, (incluso copando páginas en los magazines más populares) pregonan que hay que dar una solución urgente a la crisis. Pero, ¿quién le pondrá el cascabel al gato? En la mente de todos se barajan dos nombres: Sarkozy y Merkel; y dos instituciones: el BCE y el FMI. Pero también hay consciencia de que existe un problema añadido, y es que entre todas las bandas aludidas hay una espinosa indecisión a la hora de adoptar resoluciones contundentes, como sería la compra por parte del BCE de la deuda de los eurosufridores, recurrir al eurobono y mayor coordinación de las políticas económicas y fiscales de los países de la zona euro.

Sea como sea, lo que está claro en nuestra bola de cristal es que la recuperación se hará esperar, y que, tras la crisis, el tiempo pasado fue mejor.

Fabián Estapé es economista.

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