Empezamos a llamar las cosas por su nombre. Grecia no podrá pagar y se aplica una quita del 50%, aparte de un segundo rescate. Se exige más capital a los bancos, el famoso 9%. Se dota al fondo de rescate (FEEF) de mayor volumen, hasta el billón de euros. Pero lo más importante: se plasma la voluntad de consolidar el euro como moneda, no dejamos caer a ningún país y deberá existir una disciplina fiscal. En definitiva, hay una clara intención de fortalecer la unión económica europea. Es una buena noticia.
Las bolsas y el euro suben. Si somos capaces de implementar los compromisos fiscales y las reformas estructurales en los países, habremos superado la limitación con la que nació el euro: tener únicamente una política monetaria común. Las políticas fiscales deberán coordinarse y los Estados que reciban ayuda serán controlados para evitar que entren en una espiral de déficit y deuda que no puedan asumir.
¿Qué pasa con España?
¿Y España, qué? Hemos salido en la foto con los ojos cerrados y se nos ha quedado cara de tontos. Tanto preocuparnos de los bancos alemanes y galos, y ahora resulta que los peores estudiantes son los griegos y después nosotros. De entrada déjenme decir que sólo han pasado el test los bancos grandes, con riesgo sistémico. Y en el caso español no han sido admitidas las provisiones genéricas ni las obligaciones necesariamente convertibles con vencimiento posterior a octubre de 2012.
Las provisiones no se han admitido porque como no se han revisado las inversiones inmobiliarias, en la EBA deben pensar que mejor no hurguemos la herida, ya que es posible que las minusvalías que aún no están reflejadas en los activos inmobiliarios de la banca sean superiores a las provisiones genéricas.
El segundo punto, las obligaciones, me parece más dudoso, aunque en el caso de Santander alargar a octubre en lugar de junio parece que le ha evitado necesitar 8.500 millones. Una nota aparte merecen los sufridos obligacionistas que verán cómo pierden un porcentaje sustancial de su inversión si no suben las cotizaciones de los bancos. Los del BBVA, que sufrieron el canje antes de vacaciones, ya saben lo que se siente. Todos los bancos han dicho que no necesitarán más capital al disponer de nueve meses para llegar al 9%.
¿Qué harán los bancos?
¿Qué harán? Seguramente vender activos con plusvalías; reorganizar los activos para minorar el total de RWA (activos ponderados por riesgo); mantener los resultados que obtengan en reservas, incorporar nuevos socios en filiales, y conservar la práctica del scrip dividend -es decir, ofrecer el cobro de dividendos en acciones-, asegurando un precio al derecho, que en el fondo es como una ampliación de capital liberada.
En definitiva, que en el futuro tendremos bancos más solventes, y se reforzarán la UE y el euro como moneda. Lástima que para llegar a ese futuro nos quede tanto camino por recorrer.
Jordi Fabregat es director del Máster de Finanzas de ESADE.