Semana de esas que cambian en unos minutos. La cómoda lateralidad de las últimas sesiones se vio salpicada por una vuelta en un día que inquieta en tiempos de sobrecompra.
El viernes fue un día de gran satisfacción para un nutrido grupo de inversores, que alguien llamó una vez pollos tomateros. Se les llama así porque, como a éstos en el matadero, se les despluma en la bolsa. Y es que Criteria, por fin, superó los precios de colocación si descontamos de los mismos esos dividendos que han servido de analgésico para los que han llegado a perder un cincuenta por ciento.
No se preocupe señor, que esto es de La Caixa. Ya se sabe, Dios proveerá. Pues menos mal, porque si llega a ser cosa de otro banco supuestamente divino para el inconsciente colectivo, aún quedaría una dura lucha por delante para recuperar lo invertido. De la inflación, por supuesto, mejor no hablamos, no vaya a ser que la gente se dé cuenta de que la ganancia no es tal.
Me contactó ayer un amigo de esos que uno quiere, de aquellos románticos tiempos del instituto, para consultarme sobre la cuestión, pues parece que pasado el sarampión uno se pregunta si hubo algún modo de remediarlo. Nos pasa con muchos clientes en Ecotrader, y es la cosa más normal del mundo.
Pero lo importante con Criteria, como con cualquier otra inversión puntual, es sólo la lección extrapolable que nos deja. Y lo que intenté hacerle ver a mi amigo es que la inversión nunca puede ser buena si uno acaba ganando la mitad de lo que llegó a perder en el peor momento de la misma. Deja correr tu beneficio y odia tu pérdida, dicen en Wall Street; y es evidente que a mi amigo, como a todos los que tenemos un cerebro mortal que no ha sido rescatado de Matrix, le resulta más fácil amar su beneficio que odiar sus pérdidas.
A mi amigo, de sus criterias, tengo que decirle lo mismo que a usted sobre el mercado. Se ha subido mucho, y en cualquier momento puede llegar un ajuste proporcional. Y cuando lo realmente difícil es volver a subirse al tren, como pasa en estos tiempos como sabe todo el que está intentando lidiar este toro bravo que nos soltaron en 2009, el premio es para los que resisten las correcciones cuando éstas no alteran las tendencias. Son tiempos extraordinarios, en los que se puede lograr una gran suma de dinero en bolsa sin ser un gurú, pero en los que el riesgo está fuera del rango tradicional por el mismo motivo, de tal forma que proteger el capital de un modo celoso puede dejarte sin segundo plato y postre; pero no hacerlo puede llegar a cortarte la digestión o sacarte con los pies por delante.
¿Qué hacer con la corrección?
Pues mire, corazón en mano diría que en cierto modo vamos a tener que tragárnosla con la mayor dignidad posible, aceptando que hay que retornarle parte del botín al mercado, temporalmente, para no correr el riesgo de dejarnos avasallar por una tendencia alcista que es sólida a medio plazo y podría dejarnos atrás sin miramientos y llorando como niños -cambio la expresión, pues temo recibir una sanción por sexista y que me cierren la empresa-. Lo saben los que niegan la mayor desde 2009.
Tenemos resistencias pendientes como para justificar un alargamiento del tremendo lateral europeo y corregir esas 5 grandes ondas que presenta el mercado norteamericano desde el suelo marcado el pasado verano. El clima, como sabe, va siendo favorable al receso con la volatilidad como elemento clave para considerar que éste empieza. Ojo por tanto a los 19 del VIX y los 21 del VXN, como también a las referencias de soporte clave para hablar de crecimiento de la probabilidad de corrección que ofrecen índices como el Footsie 100 en los 5.850 puntos, el Dax 30 en los 7.000, o el Nasdaq 100 en los 2.267 enteros en cierre semanal.
Bajo esas referencias, resulta más que creíble que las inmediaciones de nuestros 11.000 puntos vuelvan a frenar durante un tiempo a los alcistas. Y es que la dimensión de las resistencias y la sobrecompra alcanzada justifican un descanso que pudiera durar incluso varias semanas; circunstancia que se lleva un 10 por ciento por delante y, créame, aquí no ha pasado absolutamente nada desde un punto de vista técnico; pues es esa corrección de baja intensidad en estos tiempos dado el actual rango del mercado.
Mi consejo, tomar ese acordeón del que suelo hablarle para estos casos si se rompen soportes, reduciendo la exposición hasta el nivel en que se sienta cómodo en tendencia, pero evitando cualquier tentación de considerar que ahora sí van a tener razón los que vienen negando el alza desde 2009.
A la izquierda, y a un día para el cierre, la más que interesante vela mensual que deja el futuro del EuroStoxx 50 desde su espectacular directriz alcista. Son muchos meses sobre ella, que nos sirvió como argumento para aumentar la confianza en el mercado en verano con gran premio en Wall Street, donde también existía. El alza al otro lado del charco ha sido la soñada, pero nos encontramos en zona de gran resistencia creciente y con 5 subondas desplegadas, circunstancia que justificaría un movimiento lateral o bajista de cierta dimensión durante algún tiempo.