Mininos y celebrities. Todo un universo por explorar. Los gatos son unos animales reservados, independientes y bastante pasotas por lo que se hace difícil, a veces, quererlos de verdad. Y si sumamos a ello que las estrellas del cine, la tele o la música exigen a su alrededor veneración incondicional, podemos concluir que los famosos y famosas son más de perros (tan cariñosos) que de gatos (tan ariscos). Y, sin embargo, hay excepciones. Como prueba la foto que aquí mostramos: presumiendo de gatita la mismísima Taylor Swift (aunque alguien no lo crea, la estrella del pop que más dinero gana con sus conciertos en Estados Unidos -¡por delante de los Rolling Stones!-).
Porque la mascota de Taylor es una gata y se llama Meredith. Y Taylor, la reina del country pop, adora a su animalito y le dedica en Instagram, siempre que puede, un momento para el goce de quienes disfrutan del mundo gatuno. Veamos otro ejemplo de la gata de Taylor retratada como sólo los gatos saben, mostrando esa particular indolencia que les lleva a combinar saltos gimnásticos sin explicación alguna con larguísimas siestas:
La verdad es que Meredith es guapa, qué caramba.
Y otra gata, pero de alcurnia
Y aquí tenemos a la gata que comparte el corazón de la heredera del imperio Hilton con una legión de perros enanos. Paris tiene una pasión incorregible por las mascotas pero hasta sus mascotas tienen que ser de una sofisticación adecuada. Igual que lleva en sus bolsos chihuahuas de pura raza carísimos, a la hora de elegir gato escogió uno de raza. Porque este tiene toda la pinta de ser un siamés, no un gato callejero mestizo (tan bonitos, por otra parte).
No es el único minino en casa de Paris. Tiene también al menos otros dos: pelados y rarunos de cuidado, dos gatos de raza sphynix que a Paris le gusta exhibir y a los que, incluso, se lleva a Aspen a esquiar (con el frío que hace, pobres bichos).
El caso es que los gatos tienen también su lugar en el mundo celebrity. Seguiremos informando al respecto.
Fotos: Instagram