
En la noche en que Texas hizo vibrar el escenario de Starlite Occident, tuve la oportunidad de charlar con Pablo Alborán. La que les escribe, tiene amigos y conocidos en común con él, su gente de siempre, y por ello, puedo asegurar que aunque los éxitos y los escenarios del mundo lo han convertido en uno de los artistas más queridos de España, sigue siendo ese chico de El Limonar que soñaba con la música, ama profundamente Málaga y no se cansa de decirlo. Generoso como pocos, así se mostró también esta vez, regalándome una conversación entre bambalinas que fue tan cercana como emocionante.
Pablo acudió al festival como espectador, acompañado de su familia y amigos, y disfrutó de la noche con la misma ilusión que el público anónimo que llenaba el auditorio: "Hay que venir aquí para vivirlo y no hay otro lugar como este, el Starlite. He venido con mi familia, con amigos, con Sandra por supuesto, que nos trata siempre como nunca, y la verdad que feliz de poder venir a Málaga y poder disfrutar también como público y no cantando, que también está muy bien, pero como público es aún mejor. Es diferente, no tiene nada que ver".

Disfrutar de un concierto como espectador siendo un grande la industria
Era la primera vez —o la segunda, según dudaba él mismo sonriendo— que acudía como espectador, y no dejó de sorprenderse por la atmósfera única del festival: "Yo le preguntaba a mi gente: '¿Pero esto siempre ha estado así? ¿Esto siempre era así?'. Es una experiencia para vivir. Espero que el año que viene, con la gira, me encantaría poder volver. Starlite es un lugar mágico para la música y además se escucha que te mueres. Lo que sucede detrás entre bambalinas es brutal. Como artistas que estamos en muchos escenarios, uno de estos que hemos dado aquí siempre ha sido inmemorable".

Su faceta como actor
Pero la noche no fue solo de música. Pablo compartió con ilusión y cierto nerviosismo su nueva faceta como actor. Tras cinco años estudiando interpretación, llegó el momento de dar el salto a la pantalla: "He estado preparándome para muchos castings. Muchos me han dicho que no, en otros me han dicho que sí, pero no podía por la gira. Y por fin surgió la oportunidad de trabajar para Netflix. Muy contento por esta oportunidad para Respira, la segunda temporada, y con mucho nerviosismo para ver qué pasa cuando se estrene".
Reconoce que este papel, tan diferente de su carrera musical, ha sido uno de los hitos más especiales de su vida: "Es otra cosa, no tiene nada que ver con la música. Pero lo afronto con mucho respeto, mucho trabajo… y ha sido de los momentos más felices de mi vida, te diría, toda la parte del rodaje".
En Starlite, entre música, amigos y la magia de Málaga, Pablo Alborán volvió a demostrar que, pese a los éxitos y los escenarios, sigue siendo aquel chico que soñaba con su guitarra en El Limonar… y que sabe emocionar tanto desde un escenario como frente a una cámara.