
Marbella vive inmersa en su temporada alta, con las playas llenas, el calendario de eventos repleto y los beach clubs funcionando a pleno rendimiento. Las fiestas junto al mar marcan el pulso de los días en la Costa del Sol. Sin embargo, más allá del ambiente festivo, hay una vertiente que cobra cada vez más protagonismo: la gastronómica. En algunos de los clubs más emblemáticos de la ciudad, es posible disfrutar de una cocina de gran nivel firmada por chefs de referencia y con propuestas que no desmerecen a los mejores restaurantes. Esta es una ruta por tres de ellos, donde el Mediterráneo se saborea sin renunciar al estilo y la fiesta de la Marbella dorada.
Decir beach club en Marbella es pensar automáticamente en Nikki Beach. Referente indiscutible del lujo costero, este icónico espacio, situado en primera línea de playa en el emblemático Hotel Don Carlos, combina su potente programación musical con una de las cartas más completas y sorprendentes de la Costa del Sol. Aquí, fiesta y alta cocina se dan la mano, bajo la dirección del chef ejecutivo Juanma Otero Iglesias. La Sexy Salad con langosta y camarones es perfecta para empezar un almuerzo único con vistas al Mediterráneo.

Le siguen joyas como el Mini Rollo de Langosta —un brioche tostado con mayonesa de lima picante y col blanca que no deja indiferente ni a los paladares más exquisitos— o las ostras recién abiertas Amelie Fine de Claire y el exclusivo caviar Gran Cru Perlita. Todo puede acompañarse con su carta de pizzas, pastas y hamburguesas gourmet, sin olvidar su selección de carnes Angus y pesca del día. Pero si hay un icono reconocible es su Sushi Boat: una sofisticada embarcación de makis, sashimis y nigiris que triunfa tanto en el restaurante como en las camas VIP, dejando postales tan únicas como internacionalmente reconocibles.
Este 2025, Nikki Beach Marbella ha reabierto completamente renovado, con nuevas zonas de piscina, DJ booth central, eventos semanales y celebraciones como Amazing Sundays o la deseada White Party, un auténtico icono que comenzó como una celebración íntima durante el cumpleaños de Naomi Campbell en Nikki Beach Saint-Tropez allá por 2002.
A pocos kilómetros hacia el oeste, Playa Padre mantiene su reinado como el "place to be" por excelencia de las fiestas playeras de Marbella. Ubicado en la Playa del Cable, este beach club del Grupo Mosh ofrece una propuesta única que va del boho-chic caribeño de día al ambiente festivo más exclusivo al caer la tarde. Pero más allá de la música de los DJs más influyentes del momento y de su arte urbano reconocible, aquí también se viene a comer. Y muy bien.

El chef Franco Franceschini ha diseñado una carta de inspiración hispanoamericana donde brillan platos como el Pulpo Güey o los tacos —como el de cangrejo de concha blanda o el de cordero pibil—, y que encuentra en la Wagyu Burger uno de sus hits más demandados. La propuesta se completa con sushi de autor (como el Playa Padre Roll o el nigiri de vieira), cortes argentinos, lubina zarandeada o pollo enchipotlado. Su carta de cócteles, con el tequila y mezcal como protagonistas, es otra razón para reservar mesa. Sus Boho Sundays, Mezcla —una sesión especial a cuatro manos de los DJs residentes—y las nuevas Mornings Padre redondean la oferta experiencial de este lugar que es mucho más que música a orillas del mar.
La tercera parada de esta ruta gastronómica junto al mar nos lleva a NIDO Estepona. Más que un restaurante o un beach club, este oasis frente al mar fundado en 2021 por Grupo Mosh y diseñado por ARCHIDOM Studio, podría definirse como una experiencia sensorial que invita al descanso, al sabor y a la contemplación. Arquitectura orgánica, materiales nobles, piscinas panorámicas y una atmósfera relajada hacen de NIDO el lugar perfecto para quienes buscan una "Marbella diferente", donde prima la calma y el paisaje y el tiempo parece ir a otro ritmo.
En sus fogones también manda el chef Franco Franceschini, que aquí da rienda suelta a una carta mediterránea con alma andaluza basada en el producto de proximidad y temporada. Entre sus platos estrella destaca el tartar de atún, elaborado con atún rojo toro de almadraba del proveedor Ricardo Fuentes, que también protagoniza el ronqueo en vivo con el que este año arrancó la temporada. El bogavante con vermicelli —sólo disponible según la pesca del día— es otro de los imprescindibles de NIDO, junto a las croquetas de bacalao, las bravas con kimchi o su hamburguesa de wagyu y Angus.
Los fines de semana, fuera de carta, sorprenden con arroces como el de carabineros, que destaca por su sabroso socarrat y la alta calidad del marisco premium. Para terminar, la propuesta más dulce: una reinvención del pan con chocolate, con crema helada de chocolate belga, pan de cristal y aceite de oliva, que transporta a la infancia más tierna desde el primer bocado.
Una deliciosa selección que confirma que Marbella hace tiempo que dejó de ser solo un destino de fiesta, para convertirse en una capital gastronómica de primer nivel. Hay quienes la comparan con Miami o Dubái, pero lo cierto es que la esencia única de la gastronomía mediterránea es difícil de replicar.