Evasión

Carlos III abre al público su colección de arte de viajes reales en una exposición en Buckingham

Desde este jueves 10 de julio, los visitantes de los Salones de Estado del Palacio de Buckingham tienen la oportunidad de sumergirse en una faceta poco conocida de Su Majestad el Rey Carlos III: su pasión por el arte y su compromiso con la creación artística como testimonio de sus viajes oficiales por el mundo. Por primera vez, una selección de más de 70 obras de su colección privada, realizadas por artistas invitados a acompañarlo en giras reales durante los últimos 40 años, se expone en una muestra titulada The King's Tour Artists.

La tradición de invitar artistas, iniciada en 1985, ha sido una constante en la vida del monarca. Aquel año, costeando él mismo todos los gastos, invitó al pintor John Ward a acompañarle durante una gira de 17 días por Italia. Desde entonces, más de 300 obras se han incorporado a su colección, capturando escenas íntimas, momentos formales y paisajes de los más de 95 países y regiones que ha visitado en 70 giras reales.

La exposición se presenta en el majestuoso salón de baile del Palacio y ofrece un recorrido visual variado, lleno de color y técnica. Las obras, creadas en múltiples estilos y formatos —óleo, acuarela, carboncillo, escultura e incluso ilustraciones digitales—, han sido seleccionadas personalmente por el propio monarca y, hasta ahora, solo podían verse en sus residencias privadas: Clarence House, Highgrove, Birkhall o Sandringham.

Entre las piezas más destacadas se encuentran escenas vibrantes como The Hall of Mirrors de Peter Kuhfeld, que retrata con un estilo impresionista el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles preparado para una cena de Estado, o la obra de Catherine Goodman que muestra el Reloj Azul del Palacio de Christian VII en Copenhague. Pero no todo son momentos oficiales. También se exhiben piezas más sutiles y personales, como la acuarela de Mungo McCosh en la que se ve a Sus Majestades cruzando el Bósforo en Estambul, solo desde atrás, con la luz de la mañana reflejándose en el agua.

Algunas de las obras fueron creadas en el momento, al aire libre, durante las giras. Un ejemplo es Mount Kilimanjaro appearing at Four o'clock de Daphne Todd, que retrata el instante preciso en que las nubes se apartan y revelan la cima de la montaña africana. Otras, como Sunlight on Weber Farmhouse de Luke Allsbrook, fueron elaboradas a partir de bocetos tras el viaje. Esta última incluso incluye al grupo real atravesando un campo, casi imperceptibles en la distancia.

También destacan piezas cargadas de detalles, como Elephant Sanctuary in Nairobi National Park de Philip Butah, donde aparecen los cuidadores vestidos con túnicas azules protegiendo a los elefantes. Otra, de Derek Hill, ofrece una vista impresionista de los paisajes verdes de Irlanda durante una visita oficial en 1995.

La variedad geográfica y estilística es notable: 43 artistas han colaborado en estos 40 años, reflejando la pluralidad de culturas y paisajes visitados. Entre ellos, algunos se han convertido en nombres recurrentes, como el propio Kuhfeld, quien acompañó al Rey en viajes a Japón, Francia, Polonia, Hungría y la República Checa, entre otros destinos. Kuhfeld, con 73 años, también ha sido el encargado de pintar el retrato oficial de la coronación del Rey, una obra en la que el monarca aparece con la Corona del Estado Imperial, bañado en luz, en su característico estilo pictórico lleno de dinamismo.

Retrato de la reina Camila

El retrato de la Reina Camila, por su parte, ha sido realizado por Paul S Benney, y se presenta con un enfoque más realista, resaltando los detalles del vestido adornado con motivos caninos. Ambas obras, tras su breve paso por la National Gallery, ahora se encuentran en la Sala del Trono del Palacio de Buckingham, disponibles también para la visita pública.

Junto con la exposición, se ha publicado el libro The Art of Royal Travel, editado por el Conde de Rosslyn y escrito por Theresa-Mary Morton y Helen Rosslyn. Esta publicación recopila entrevistas con los artistas que han participado en las giras, además de anécdotas sobre los desafíos de pintar durante los intensos itinerarios reales. Las jornadas de viaje son exigentes: el Rey apenas dispone de pausas, lo que obliga a los artistas a trabajar con rapidez y creatividad. Kuhfeld recuerda que durante un viaje a Japón, las estrictas medidas de seguridad le impidieron acercarse al emperador para retratarlo, complicando así su encargo.

Durante su gira por Nigeria, Camerún y Túnez en 1990, Kuhfeld tampoco sabía que la base del viaje sería el yate real Britannia. Al llegar, fue recibido con hospitalidad y se le ofreció el uso de la sala de mapas como estudio, oferta que rechazó amablemente, prefiriendo convertir su camarote en un taller improvisado. Allí pintaba por las noches lo que había esbozado durante el día.

El Rey nunca ha sido restrictivo con los encargos. Los artistas suelen tener libertad plena para elegir qué pintar. Sin embargo, en 2010, durante un viaje a la India, el pintor Luke Martineau recibió un mensaje con una sugerencia específica: plasmar el Palacio de Balsamand en Jodhpur al atardecer. Curiosamente, en ese mismo instante, Martineau ya estaba en plena tarea, pincel en mano, frente al palacio bañado por los tonos cálidos del crepúsculo.

En sus primeros años como mecenas de esta iniciativa, el entonces Príncipe de Gales incluso compartía jornadas de pintura con los artistas que lo acompañaban, como Susannah Fiennes, Martin Yeoman o el propio John Ward. Solía sacar su cuaderno de dibujo y se integraba con ellos para capturar escenas de primera mano, hasta que la intensidad de las giras impidió seguir haciéndolo.

En palabras recogidas en el libro que acompaña la exposición, el Rey definió el dibujo como un "lenguaje primario, natural para todos los seres humanos". Esta afirmación resume el espíritu de la exposición: el arte como medio para registrar la experiencia humana, la diversidad del mundo y los recuerdos personales desde una sensibilidad única.

Con esta apertura pública de su colección privada, Carlos III no solo rinde homenaje a los artistas que le han acompañado durante décadas, sino que también invita al pueblo a contemplar, desde otro ángulo, lo que significan las giras reales: no solo actos diplomáticos, sino también oportunidades de contacto humano, descubrimiento cultural y belleza inesperada.

The King's Tour Artists estará abierta durante todo el verano, coincidiendo con la temporada en que el Palacio de Buckingham abre sus puertas al público. Se trata de una oportunidad única para contemplar cómo el arte ha acompañado al Rey a lo largo de su vida pública, dejando un testimonio visual que va más allá de la fotografía o los discursos oficiales.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky