Evasión

Wellness a la carta para reencontrar la pasión y mejorar la salud y el equilibrio espiritual: nuestra selección, desde Girona hasta Ibiza

  • En una era marcada por el ruido, la velocidad y el exceso de estímulos, cada vez más personas encuentran en los retiros una vía de escape, pero también de transformación
Casa Loma, en Santa Getrudis (Ibiza).

Retiros. La palabra suena a pausa, a silencio, a volver a casa. Aunque para muchos puede parecer una tendencia reciente, lo cierto es que se trata de una práctica con raíces milenarias. "En muchas culturas los retiros han formado parte de rituales de paso: de niño a hombre, de niña a mujer, etc.", explica Carlota Amargos, fundadora de Amara Valley (Girona), en un entorno natural del Priorat catalán. "También los encontramos en festividades espirituales como el Ramadán, los solsticios o el Día de los Muertos. Siempre han estado ligados a momentos de transición".

Hoy, esos portales de transformación siguen abiertos. La diferencia es que ahora las transiciones a veces las marca el estrés, la sobrecarga digital o la sensación de estar desconectados del cuerpo y del propósito. Por eso, los retiros han vuelto —y con fuerza—, como respuesta urgente a una vida vivida en piloto automático.

Piscina de Amara Valley.

"Tenemos mucha necesidad de parar y reconectar con la salud, la calma y con uno mismo", afirma María Rey, profesora de yoga. "En la vida diaria, las personas van en general en automático. En un retiro, paras, respiras y conectas con el presente, encontrando equilibrio entre el movimiento y el descanso, lo activo y lo contemplativo. Ese equilibrio es uno de los pilares de la salud", certifica Rey. La oferta es cada vez más diversa. Desde los clásicos retiros de yoga, mindfulness o alimentación consciente, hasta propuestas más especializadas o innovadoras.

María Rey, por ejemplo, organiza retiros diseñados especialmente para mujeres en perimenopausia. "Trabajamos la conciencia interoceptiva y damos herramientas para transitar la etapa con energía y plenitud", señala. En estos espacios se habla de cambios hormonales, pero también de poder femenino y de cómo vivir esta etapa con orgullo y no como un declive.

En Ibiza, Viridiana Calvo Padilla, terapeuta de tantra yoga y danza, destaca el auge de retiros enfocados en las relaciones amorosas. "Hay mucho interés en trabajar los valores en la pareja, redescubrirse como amantes y aprender a quererse en la dificultad. Hoy separarse es más fácil que trabajarse, pero hace falta más estudio y herramientas para sostener ese proyecto que es la familia", afirma.

Casa Loma, en Santa Getrudis (Ibiza), es el oasis de paz utilizado por Viridiana Calvo para sus retiros.

Por otro lado, el mundo corporativo no se queda fuera. En Lighthouse, un espacio de transformación en plena sierra madrileña, han creado el Wellbeing Day, una fórmula híbrida entre retiro y formación. "Es una propuesta que combina mindfulness y coaching de equipos, para ayudar a las personas a reconectar consigo mismas, con el equipo y con el propósito, tanto vital como profesional", cuenta Charo Cortés, su fundadora.

El creciente interés por la espiritualidad y el conocimiento ancestral también se refleja en la popularidad de ciertos formatos. En Amara Valley, el festival Agni reúne a cientos de personas en dos momentos clave: el Solsticio de Verano y Samhain Halloween. "Estas fechas nos conectan con la naturaleza y marcan transiciones del año que invitan a parar y celebrar", dice Amargos. También tienen una fuerte demanda los retiros dedicados a las plantas medicinales y al cacao ceremonial. "Mucha gente quiere profundizar en cómo trabajar con ellas de forma consciente y respetuosa", añade.

Detalle de los jardines de Lighthouse en la sierra madrileña.

Y en Formentera, Teranka se ha consolidado como un santuario para los buscadores de inspiración. Bajo el lema Essence of Flow, combinan terapias holísticas con residencias creativas y encuentros como Conversations from the Sea Library, donde escritores, poetas y pensadores dialogan frente al mar, dejando que las palabras fluyan como las olas.

La experiencia de un retiro no se queda solo en esos días de desconexión. "Mandas un mensaje claro a tu subconsciente: que tú y tu bienestar son importantes", señala Calvo Padilla. "Es un acto de autocuidado y de priorización".

Terraza de Teranka, en Formentera.

María Rey lo confirma desde la vivencia de sus alumnas: "Días después me dicen que siguen en una nube. Van integrando lo aprendido poco a poco, se llevan muchas herramientas y hábitos más conscientes. Se trata de moverse, descansar, disfrutar, limpiar el cuerpo por dentro y compartir la sabiduría del grupo".

En definitiva, retirarse —en cualquiera de sus formas— es acercarse a uno mismo. A veces para sanar. A veces para simplemente respirar. Y siempre, para recordar lo que verdaderamente importa.

Clase de yoga en la casa de María Rey, en Galicia.
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