
Por primera vez en la historia, los monumentales tapices del siglo XVI que representan los siete pecados capitales se exhiben en la Galería de las Colecciones Reales, en una muestra inédita titulada La iconografía del mal. Tapices de los pecados capitales, que estará abierta al público hasta el próximo 28 de septiembre.
La exposición reúne diez impresionantes tapices flamencos de más de ocho metros de ancho y cinco de alto, junto a otras 38 piezas complementarias -pinturas, esculturas, monedas, libros y documentos- que contextualizan el significado simbólico, político y moral de estas obras en la historia de la monarquía hispánica.
"La iconografía del mal es una constante en la historia de la humanidad", ha señalado la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, quien subraya la vigencia del mensaje en "estos tiempos convulsos". Cada tapiz contrapone uno de los pecados con su virtud opuesta: la caridad contra la avaricia, la paciencia frente a la ira, la castidad ante la lujuria, y así sucesivamente. Detalles como cenefas ornamentales y medallones con inscripciones en latín refuerzan el tono pedagógico de las escenas, destinadas a servir como advertencias visuales contra la corrupción moral.

El recorrido expositivo está organizado en cinco secciones temáticas, que exploran desde el valor decorativo y didáctico de los tapices en la Corte, hasta su uso como herramienta de propaganda del poder real en los siglos XVI y XVII. "Estos tapices no solo vestían muros; representaban riqueza, autoridad y una forma de narrar visualmente el ideario del monarca", explicó el comisario Roberto Muñoz Martín.
Las piezas provienen en su mayoría de las Colecciones Reales. Cuatro tapices pertenecieron a María de Hungría, tía de Felipe II, y fueron tejidos en Bruselas para recibir al emperador Carlos V en el Palacio de Binche. Los seis restantes formaron parte del legado del conde de Egmont y fueron confeccionados en los talleres del célebre Wilhelm Pannemaker, a partir de diseños del maestro Pieter Coecke van Aelst.
Además de los tapices, la exposición incluye obras inéditas, como el Retrato de Mariana de Neoburgo como viuda, de Van Kessel (ca. 1701–1706), recién adquirido por Patrimonio Nacional. También se incorporan dos préstamos destacados: un manuscrito renacentista de la Biblioteca Nacional de España que documenta la producción de los tapices, y una pintura atribuida a Lorenzo Quirós que retrata el uso ceremonial de estos textiles durante la entrada de Carlos III en Madrid.
"Esta exposición es solo una pequeña muestra -apenas un 0,3 %- de los tapices que conserva Patrimonio Nacional", destacó Víctor Cageao, director del museo. "Pero demuestra el potencial narrativo y artístico de nuestras colecciones".