El arroz es uno de los alimentos más consumidos en el mundo y la explicación no es otra que su gran versatilidad, ya que combina a la perfección con una larga lista de ingredientes. Además, es la base de la gastronomía de muchos países. Ahora bien, pese a que cocinar arroz sea una de las tareas más cotidianas en la mayoría de los hogares, lograr un resultado excelente no siempre es tan sencillo como parece. Granos apelmazados, duros, pasos o sin sabor son algunos de los errores más comunes.
Por suerte, hay una manera muy sencilla y efectiva de evitar todo eso: añadir una pequeña cantidad de vinagre al agua de cocción.
¿Por qué hay que añadir vinagre al arroz?
Aunque puede parecer un pequeño detalle sin importancia, lo cierto es que esta técnica aporta una gran lista de beneficios y propiedades a nuestro arroz, tanto en su preparación, como paras su posterior conservación. Para entender todo esto, hay que tener en cuenta que el principal componente activo del vinagre es el ácido acético, muy conocido por sus propiedades antimicrobianas, antioxidantes y metabólicas.
Uno de los problemas más extendidos a la hora de cocinar arroz es que los granos tiendan a pegarse entre sí. Esto tiene una explicación y es por el almidón que liberan durante la cocción. No obstante, añadir vinagre soluciona esta problemática, ya que el ácido acético actúa sobre el almidón y evita que los granos se apelmacen.
Además, el vinagre también funciona a la perfección como un conservante natural, por lo que de esta forma el arroz cocido puede conservarse en mejores condiciones y durante más tiempo. La capacidad del vinagre para reducir el pH del entorno crea un ambiente menos favorable para que proliferen las bacterias.