
Cuando uno piensa en hacer un viaje a Italia las ciudades que se le vienen a la mente son aquellas de más renombre como Roma, Florencia, Venecia... Sin embargo, al sur de Ia península itálica se encuentran algunas de las regiones con más historia de todas. Es el caso de Pompeya cerca de Nápoles y en el corazón de la región de Campania.
La ciudad, que durante siglos estuvo perdida tras la erupción del Monte Vesubio en el 79 d.C, es ahora un lugar de peregrinaje para todos aquellos que quieren echar un pequeño vistazo a la historia con frescos y esculturas que se han conservado en excelentes condiciones después del desastre.
Lo más indicado es visitar primero la ciudad, preferiblemente con una guía, para descubrir sus rincones y los motivos por los que prácticamente ningún habitante huyó, las últimas investigaciones calcularon que tan solo 200 personas de ciudades como Pompeya y Herculano sobrevivieron.
¿Por qué la gente de Pompeya no huyó de los temblores del Vesubio?
Lo cierto es que años antes hubo varios temblores que destruyeron buena parte de la ciudad y cuando erupcionó el Vesubio aún se encontraban en reconstrucción. Ninguno de sus habitantes relacionó las tragedias con una muerte segura, simplemente era un castigo de los dioses. No es que Pompeya fuera la ciudad más santa de la región y por eso nadie cayó en la erupción volcánica. Se han encontrado muchas estatuas tratando de escapar o resguardarse en sus casas mientras se tapaban la boca para no inhalar ni los gases ni la ceniza. En apenas 10-20 minutos la lava había arrasado toda la ciudad.

¿Cómo subir al Vesubio?
Sin duda el Monte será la siguiente parada. Aunque sea uno de los principales atractivos de la zona si se quiere ir por libre puede resultar algo confuso, ya que no hay mucha información sobre cómo llegar.
No puede ser más sencillo, en la parada de tren de Pompeya, justo enfrente del puesto de información en el que se compran las entradas y auto-guías para la ciudad arrasada, se encuentra un cartel en una parada de taxi: es aquí donde cada media hora, al menos por la mañana, pasa el autobús con destino al Vesubio.
En total cuesta 3.80 euros por persona. Una vez hecho el recorrido, que te llevará por carreteras muy estrechas y paisajes frondosos, habrás llegado al inicio de la subida: un ascenso vertiginoso. La ruta antes de llegar es de por sí una experiencia para ver bares modernos e incluso algunas esculturas algo macabras, como una calavera gigante con los dientes muy bien perfilados o dos figuras haciendo un ritual.
Llegada y ascenso al Vesubio
Al inicio de la ruta hay un local en el que comprar algo de agua para la subida, la vas a necesitar. Hay que tener en cuenta que en la zona hay poca cobertura, así que si hay suerte se podrá pagar con tarjeta y datafono.
Es recomendable llevar agua extra y mucho cuidado con el empinado camino de gravilla, pero este ascenso apenas dura unos 20 minutos a ritmo lento. Se llega al primer "chiringuito" en medio de la subida y ahora el camino es más llano. Basta con subir una pequeña rampa y ya se habrá llegado a la cima, perfecto para apreciar su imponente belleza natural y también sacar alguna foto, evidentemente.
Regreso del Monte Vesubio
Por la tarde los autobuses empiezan a tardar algo más, aproximadamente llegan con una hora de frecuencia, pero también se puede ir un taxi (más caro eso sí).
El último bus sale sobre las 18.15 y puede estar bastante lleno. El precio de vuelta es el mismo que el de ida: 3.80 euros en efectivo.
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