
Entras. Luces de neón. Música que vibra. Y una energía tan potente que no sabes si estás a punto de entrenar o de bailar hasta el amanecer. No, no es una rave. Tampoco un club boutique cualquiera. Es Lapso Studios, el concepto de fitness más sensorial y adictivo de Barcelona. Un espacio donde entrenar se convierte en un ritual de transformación y donde más de 140.000 personas ya han pedaleado, saltado, respirado y desconectado para volver a conectar con algo más profundo: ellos mismas.
Desde que abrió sus puertas en 2021 en Barcelona, Lapso Studios no ha dejado de crecer. Fundado por Eugenia Llopart y Javier Herrarte, hoy cuenta con tres boutiques en la ciudad y está a punto de estrenar su nueva sala de 100 m² en Turó Park, dedicada en exclusiva a su entrenamiento más potente: el Lapso Funcional, un método de fuerza que promete subir el listón (y el ritmo cardíaco) como nunca antes.
Mucho más que fitness: una experiencia inmersiva
Lo que pasa en Lapso va más allá de sudar la camiseta. Aquí se entrena el cuerpo, sí, pero también la mente, las emociones y hasta el flow personal. Con una ambientación de club nocturno – luces bajas, música envolvente, ritmo intenso –, cada clase es una especie de performance donde tú eres el protagonista. Desde cycling hasta barre, pasando por fuerza o full body, todo está diseñado para que sientas que estás viviendo un momento especial. Como si el mundo exterior se apagara por un rato y solo quedaras tú y tus ganas de darlo todo.
"El cuerpo no es solo músculo, es una expresión", explica Nhoa Urrestilla, profesora de barre y cycling en Lapso Studios. "Ponemos la música alta, buscamos crear un flow, una dinámica donde no existe el mundo exterior, solo tú, tu mat, y lo que estás trabajando. Queremos que salgas con la sensación de que has hecho algo por ti, desde un lugar muy real. Al final, un cuerpo fuerte, tonificado, con resistencia… es la consecuencia. Lo importante es todo lo que pasa dentro mientras llegas ahí", añade.
La magia está en el movimiento (y en quienes lo enseñan)
El equipo de coaches de Lapso es otra de sus joyas ocultas. Nada de monitores anónimos o clases sin alma. Aquí cada profesional tiene una historia que inspira y una energía que contagia. Como Gerard Capri, exdeportista extremo con más de 500 saltos en paracaídas a sus espaldas y ahora head coach de cycling.

"Lo que hace diferente a Lapso – y a mis clases de ride – es que aquí no se viene solo a entrenar, se viene a transformar la energía", afirma. "Yo vengo del deporte, de la disciplina, pero también del aprendizaje de que no todo esfuerzo tiene que ser monótono o difícil. Por eso, en Lapso cambiamos completamente el enfoque: mis clases son un chute de motivación".
En su sala, no hay lugar para el aburrimiento. Se pedalea al ritmo de la música, se baila sobre la bici, se juega con las intensidades. "A nivel técnico, lo que hacemos en ride no se parece a lo que ves en la típica sala de spinning. No solo pedaleamos: bailamos sobre la bici, seguimos el ritmo de la música, jugamos con los cambios de intensidad, y trabajamos la mente tanto como el cuerpo. Y todo eso, sin que se note la carga mental de 'entrenar duro'. Aquí no venimos a sufrir: venimos a darlo todo y salir con una sonrisa", explica Gerard.

De las tablas de Rosalía al barre más consciente
Otra figura imprescindible es Nhoa, exbailarina de artistas como Rosalía y ahora referente en las clases de barre y cycling. Su enfoque es completamente sensorial, casi artístico. "Creo que lo que realmente nos diferencia en Lapso de otros centros es la manera en la que entendemos el movimiento. Aquí no solamente vienes a entrenar el cuerpo, sino a conectar con uno mismo", explica.
"Yo vengo del mundo de la danza, y eso marca mucho la forma en la que guío una clase: para mí el barre no es solo un entrenamiento, es casi un lenguaje. Cada ejercicio tiene intención, ritmo, propósito… no se trata solo de repetir movimientos, sino de habitarlos", añade la exbailarina de Rosalía. Y esa mirada sensible, casi poética, del entrenamiento físico es lo que está atrayendo a una nueva generación de deportistas urbanas que no buscan solo resultados, sino vivencias.

"He bailado desde pequeña, en la calle, más tarde en escuelas, incluso he tenido la suerte de trabajar con artistas como Rosalía, aunque eso no es algo que suela contar mucho. Pero toda esa experiencia me ha hecho conocer mi cuerpo en profundidad: cómo se mueve, cómo se alinea, cómo se equilibra. Eso es lo que intento transmitir. Que no es solo sudar, es entenderte mejor, escucharte, salir de clase con algo más que un cuerpo trabajado", desvela Nhoa.
¿Por qué todo el mundo habla de Lapso Studios?
Porque es ese sitio donde puedes entrar cargada de ansiedad y salir como nueva. Porque los entrenamientos te hacen sentir poderosa sin exigirte desde la culpa. Porque el equipo te inspira. Porque el ambiente vibra. Porque hay algo – difícil de explicar, pero muy fácil de sentir – que convierte cada clase en un pequeño ritual de autocuidado. "Sé que para mucha gente, estos 45 minutos son más que un entrenamiento: son su momento de soltar, de gritar, de resetear", resume Gerard. "Y por eso lo doy todo en cada clase: porque cada persona que entra merece vivir esa sensación de logro, de superarse, de reconectar", añade.
En pleno auge del wellness emocional, Lapso Studios se consolida como mucho más que un gimnasio. Es un templo sensorial del movimiento, un lugar de liberación y de autoconocimiento que te invita a estar fuerte por dentro y por fuera. Y si pensabas que ya habías probado todos los métodos de entrenamiento, prepárate: esto no se parece a nada de lo que has vivido antes.