Evasión

El pequeño pueblo con alma marinera de Cataluña que sirvió de inspiración para Dalí y Hemingway: casitas blancas a pie de playa

Fuente: Getty Images

Hablar de la Costa Brava, es trasladarse a un pequeño oasis de pequeñas calas, de casas de color blanco a pie de mar y olor a salitre. No es sorpresa para nadie que se trate de una de las zonas más bonitas de España, pues sobran los motivos. Ahora bien, quizás si la conociste durante los años 80 y 90, seguramente tengas un recuerdo de ella que ya no se corresponda. Evidentemente, no estamos diciendo que ahora ya no merezca la pena, ni mucho menos, pero que está más concurrida que hace unas cuantas décadas, es un hecho.

Por suerte, todavía es posible disfrutar de esa 'antigua Costa Brava' en algunos puntos. La prueba de ello es Llafranc, una pequeña hilera de casitas costeras con alma marinera donde respirar la calma de antes, cuando aún era un secreto a voces.

El refugio de Dalí y Hemingway

En realidad, la manera correcta de referirnos a Llafranc no sería llamándolo pueblo, pues realmente se trata de una de las pedanías del municipio de Palafrugell, como podría ser también Callela y Tamariu. Eso sí, a pesar de contar con una playa de apenas 350 metros de longitud, sí que puede presumir de ser una de las pocas que goza de la distinción de Bandera Azul en Cataluña.

Quienes también cayeron en las redes de su belleza fueron el artista Salvador Dalí y el conocido escritor estadounidense Ernest Hemingway. Entre sus olas y la calma de sus calles encontraron la inspiración. Este método lo siguieron a lo largo de los años otros célebres, como Sharpe o Truman Capote, en otras localidades de la zona. A día de hoy, también hay quienes apuestan por Llafranc o zonas de Palafrugell para recorrer los mismos rincones que aquellas leyendas y encontrar la tan famosa inspiración.

Llafranc
| Fuente: Getty Images

Una de las zonas más bonitas del Camí de Ronda

Es más, allí también encontramos uno de los tramos más bonitos del Camino de Ronda, justo el que comienza desde Calella de Palafrugell pasando por la espectacular bahía de Llafranc y hasta Tamariu. Con un recorrido de unos nueve kilómetros, es posible disfrutar de las vistas entre pinos, rocas y barquitos y de su paisaje que parece ser más propio de un cuadro que de la vida real.

Centrándonos en su núcleo urbano, para conocer sus inicios, tendríamos que remontarnos a la Edad de Piedra. Destaca su iglesia de Santa Rosa de Lima, con una prensa de vino romana al lado y el cabo de Sant Sebastià justo al norte.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky