Evasión

Barcelona Film Festival: un éxito más allá de las visitas de Richard Gere y el Ralph Fiennes de Cónclave

Ralph Fiennes, en el Barcelona Film Festival

El BCN Film Fest ha cerrado su novena edición con cifras récord y un palmarés que demuestra que, más allá del brillo de las estrellas invitadas, el festival es ya una cita imprescindible para el cine de calidad con alma literaria. Si bien nombres como Richard Gere, Ralph Fiennes o Barbie Ferreira atrajeron miradas y titulares, la fuerza real del certamen ha estado en las historias potentes que se han proyectado durante estos diez días en los Cines Verdi, con una selección que ha mezclado compromiso social, emoción y un notable talento emergente.

El gran premio del festival fue para The Quiet Son, una dura e íntima película dirigida por las hermanas Delphine y Muriel Coulin. Basada en la novela Lo que falta de noche de Laurent Petitmangin, la cinta muestra cómo el extremismo puede irrumpir en una familia desde dentro. Vincent Lindon, en el papel de un padre incapaz de reconducir a su hijo radicalizado, ofrece una interpretación contenida y conmovedora. La película ha sido una de las más aplaudidas del festival y se perfila como una de las grandes revelaciones del cine europeo del año.

Aunque la alfombra roja se desplegó para estrellas internacionales como Ralph Fiennes —que recibió el Premio de Honor y presentó su nuevo filme The Return— o Richard Gere, que acudió como productor del documental Sabiduría y felicidad, el protagonismo estuvo muy repartido. Una de las sorpresas de esta edición ha sido la notable participación femenina tanto en dirección como en interpretación.

La alemana Alissa Jung ganó el premio a mejor dirección con Paternal Leave, su debut tras la cámara. La película ahonda en las complejidades del vínculo entre un padre ausente y una hija adolescente, en un viaje emocional sincero y sin adornos. También destacó la noruega Lilja Ingolfsdottir, que se llevó el galardón al mejor guion con Adorable, un retrato afilado de la maternidad y las tensiones entre lo personal y lo profesional.

24.000 espectadores, un 20 % más que el año pasado

En cuanto a interpretación, los premios fueron para Alexandra Lamy y Grégory Gadebois por La primera escuela, un drama ambientado en la Francia rural de finales del siglo XIX que refleja los desafíos de la educación en contextos resistentes al cambio. La historia de una maestra que lucha por que los niños acudan a clase, en un entorno en el que aún manda el calendario agrícola, ha conectado especialmente con el público. Otro de los títulos destacados fue Köln 75, la recreación del legendario concierto de Keith Jarrett en Colonia, dirigida por Ido Fluk. La cinta recibió el premio al mejor montaje y el reconocimiento de la crítica especializada (ACCEC). También hubo espacio para el cine de autor español, como La furgo, de Eloy Calvo, que se llevó el premio a la mejor música, o Espiral, de Sara Hernández, reconocida como mejor cortometraje por su retrato de una madre soltera atrapada en un bucle de precariedad. Con más de 24.000 espectadores, un 20 % más que el año pasado, el Barcelona Film Festival no solo reafirma su atractivo, sino que se consolida como un espacio donde el cine se encuentra con la literatura, la reflexión y, sobre todo, con un público cada vez más fiel. La edición de este año ha demostrado que el glamour y la profundidad narrativa no están reñidos, y que Barcelona es, definitivamente, una ciudad de cine.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky