El conocido como uno de los aeropuertos más transitados y ajetreados, especialmente dentro de Brasil, se convirtió durante el año 2007 en el escenario de una auténtica tragedia que a día de hoy sigue pesando en la memoria de muchos y que recientemente ha sido el tema de uno de las nuevas series documentales de Netflix: Congonhas, tragedia anunciada.
Todo ocurrió el 17 de julio, un día marcado además por las fuertes lluvias que acontecían en la capital paulista. Lo que comenzó como una jornada habitual entre la ciudad de Porto Alegre y São Paulo, terminó con la vida de 199 personas al estrellarse un Airbus A320 de TAM Linhas Aéreas justo en el momento en el que intentaba aterrizar. Durante este momento, el avión sobrepasó el final de la pista, cruzó la Avenida Washington y acabó colisionando con un edificio de TAM Express.
Según reportaron las autoridades, fallecieron los 187 pasajeros, la tripulación del avión y otras 12 personas que se encontraban en tierra. Las investigaciones determinaron que la causa principal del accidente fue una incorrecta configuración de los mandos de potencia, aunque también se habla de la desafiante situación que supone la ubicación del aeropuerto.
En pleno corazón de São Paulo
Con un estilo arquitectónico moderno, el aeropuerto de Congonhas es uno de los más emblemáticos de Brasil. Además, uno de los datos que más llama la atención es precisamente su ubicación en el centro de São Paulo, una de las ciudades más poblabas de Latinoamérica. A diferencia de otros situados a las afueras, Congonhas está rodeado de edificios residenciales, de carreteras y calles. Aquí las zonas de escape con pocas y se reducen considerablemente las opciones de los pilotos en el caso de que algo no salga según lo previsto, por lo que es considerado como un "aeropuerto crítico".
Es precisamente su ubicación céntrica la que hace que las maniobras de aproximación y el despegue sean especialmente ajustadas, por lo que cualquier piloto de este aeropuerto lo describe como un "verdadero desafío" y sienten la presión en cada vuelo. Otra de las principales preocupaciones es la longitud de sus pistas, ya que la principal apenas mide 1.940 metros, considerada corta para las operaciones con aviones de gran tamaño.
Además, también es importante tener en cuenta que se encuentra a unos 800 metros sobre el nivel del mar, dato que implica una menor densidad del aire y afecta a los motores, sobre todo durante el momento del despegue. Y si a todo esto le sumas el clima tropical, las operaciones se complican todavía aún más.
Pese a todo ello, y a los sucesos acontecidos, sigue siendo uno de los favoritos de los pasajeros brasileños.