Evasión

La fotógrafa almeriense Mar Cirugeda regresa a Madrid con 'Nostos, el viaje de la memoria'

  • La obra puede verse en el Espacio Mados de la capital hasta el 10 de mayo
'Nostos, el viaje de la memoria'

Las paredes no oyen, hablan. El regreso empieza sin mapas. Un volver sin destino final, que se inicia en las calles donde nadie mira dos veces. Donde el sol ha cocido capas de cal y las lluvias de enero han dejado trazos verdosos. Es ahí donde Mar Cirugeda detiene el tiempo. Lo encuadra, lo raspa, lo escucha. Ahora, la fotógrafa vuelve a Madrid con su serie de fotografías #lapieldeunaciudad, un proyecto que ya dura 10 años, donde la pasión por la arqueología urbana y las texturas de paredes increíbles conforman una experiencia visual llena de capas de color.

Nostos, el viaje de la memoria puede verse en la galería de arte Espacio Mados (Conde de Xiquena, 12, Madrid) hasta el 10 de mayo. Aquí, la artista no busca postales ni ruinas gloriosas. Busca señales. El roce, la mancha persistente, el color que queda, la piel del muro que se arruga como piel humana. Lo que otros descartan, ella lo mira de frente.

Nostos no es una serie de muros, sino de memorias. No ofrece explicaciones, ni leyendas, solo invita a entrar, a mirar de cerca. A dejar que el rojo te hable, que el óxido te recuerde tu nombre, que una cal vieja te devuelva al patio en el que jugabas cuando eras niño. Las imágenes no se imponen, se cuelan. Hay grietas que parecen caminos, sombras más verdaderas que los objetos, colores que no sabes si viviste, pero que te tocan algo por dentro. Cirugeda camina como quien escucha algo muy bajo en medio del todo este ruido. Su atención está en lo mínimo: restos de pintura, desgarros, capas superpuestas. El azul que asoma bajo un ocre. El gesto leve que queda después del cartel arrancado.

Los paseos que dieron origen a esta serie no fueron búsquedas, sino encuentros. Y cada encuadre afirma una idea: esto también importa. No la fachada entera, sino el fragmento. No la historia oficial, sino el margen. No la belleza perfecta, sino la insistencia de lo que permanece. Las imágenes no documentan: escuchan. No buscan embellecer, sino revelar. No representan, sino evocan.

'Nostos, el viaje de la memoria'
'Nostos, el viaje de la memoria'

La exposición trabaja con la memoria desde otro lugar: no como archivo, sino como sensación: un olor, un calor de mediodía, la sombra de un cartel que ya no está, el eco de un grafiti borrado. Todo eso que no se guarda, pero permanece. Las fotos no son abstractas ni figurativas, son evocaciones. Se sienten antes de pensarse. El ojo se acerca tanto que se pierde la referencia. Lo que queda es ritmo, color, tensión. Un juego óptico en la piel desgastada de la ciudad.

Y sin embargo, hay historia. En cada grieta, en cada capa, en cada corte:la mano que pintó, la que pegó, la que limpió, la que borró, la que pasó de largo, la que volvió.Almería está presente, no como postal, sino como origen, como materia. La ciudad no se mira desde arriba, sino desde dentro, desde sus costras, desde lo que queda cuando ya no queda nada.Por eso estas imágenes, sin ser pintura, son pintura. Trabajan con capas, veladuras, contrastes, con composición y tensión. Los ocres, los azules, los fucsias y los verdes construyen un nuevo territorio visual. Una geografía inventada por el tiempo y rescatada por la mirada.

Los planos se superponen. Los bordes se rechazan y se rozan. Los colores se escapan. Todo sucede sin necesidad de representación. Solo forma, ritmo, contacto.Las paredes, cuando hablan, no oyen, pero Mar Cirugeda sí. Escucha con la cámara, con los ojos, con los pies, con la memoria. Y al hacerlo, transforma una mancha en recuerdo, una grieta en gesto, una textura en emoción. Este trabajo es también una declaración de compromiso: con lo pequeño, con lo cotidiano, con lo que no se suele mirar. Con una forma de observar que no acumula, sino que se detiene, que se acerca.

'Nostos, el viaje de la memoria'
'Nostos, el viaje de la memoria'

Nostos parece callado, pero está lleno de voces, de signos a punto de desaparecer, de todo aquello que la ciudad borra cada día y que, sin embargo, se resiste a irse.Volver no es repetir. Volver es ver con otros ojos, caminar por la misma calle y notar lo que antes era invisible, descubrir que el muro sigue ahí, pero tú has cambiado. Ese cambio está en cada imagen. Y es irreversible. Así se construye la subjetividad: no con grandes gestos, sino con pequeñas percepciones que nos atraviesan y nos forman.Eso es lo que ofrece Nostos: no una lección, no una narrativa, sino una experiencia. Un roce. Un reencuentro.Cirugeda no te dice qué mirar. Te enseña cómo mirar. Y eso, en este tiempo de exceso de imágenes y de poca visión, ya es una forma de resistencia.

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