Evasión

Una Blancanieves más empoderada resurgirá en los cines este viernes en su nueva entrega (con controversia incluida)

Hace una semana, muy cerca de Madrid, el mundo Disney desplegó su magia en un evento de ensueño con la protagonista de la nueva adaptación de Blancanieves, que llega a la gran pantalla el próximo viernes 21 de marzo. Desde lo alto del Alcázar de Segovia -el castillo que, según la leyenda, inspiró a Walt Disney para su icónico palacio-, fue la propia Rachel Zegler quien desveló algunos detalles de esta esperada película de live action, y que ya ha sido objeto de críticas y polémicas antes de ver la luz.

El mundo estalló tras el estreno del tráiler y la revelación de la identidad de la nueva Blancanieves. Al parecer, Rachel hizo unas declaraciones que no sentaron bien a quienes idolatran, como auténticos fanáticos -en el mal sentido de la palabra-, el universo Disney en su versión más clásica, despertando la indignación de los fanáticos más acérrimos.

"La película origina es de 1937, esto es muy evidente. En la original se centra mucho en su historia de amor con un chico que literalmente la está acosando. Un poco raro. Así que aquí haremos otra cosa. Quizá recortemos al príncipe de la película, quién sabe. Esto es Hollywood, bebé", declaró en 2022, en unas palabras que no tardaron en generar polémica.

El revuelo generado desató un odio casi automático hacia la actriz, especialmente tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La tildaron de woke (palabra de la jerga estadounidense que significa 'estar alerta a la injusticia racial'). Las nuevas políticas trumpistas tienen en el punto de mira la estrategia con la que Disney pretendía modernizar sus clásicos, una apuesta que, en estos momentos, pende de un hilo.

Con polémica en los clásicos: los siete enanitos generados por ordenador y una Blancanieves reivindicativa

Que Disney haya apostado por una mirada más actual en sus películas no es casualidad, como tampoco lo es la polémica desatada por su intento de incluir todas las realidades en el universo de la fantasía. No quieren ni sirenas afroamericanas (como en la adaptación de 2023 de La Sirenita con Halle Bailey), ni una advertencia que informe al espectador de una posible ofensa racista en clásicos como Peter Pan, Dumbo o El libro de la selva.

El nuevo movimiento de la productora de Mickey Mouse va en esa misma dirección. Lo nuevo de Blancanieves llega con los siete enanitos generados por ordenador (curándose de espanto ante estereotipos) y una princesa mucho más astuta, reivindicativa y feminista, o al menos eso fue lo que dio a entender su protagonista Rachel.

Seguro que, a partir de este viernes, las redes no tardarán mucho en arder. Porque cada paso que se da en esta dirección, paso que arma polémica. Mientras unos claman más derechos sociales, igualdad y tolerancia cero ante el racismo, otros optan por quebrantar las luchas conseguidas hasta ahora. Algunos se olvidan que el cine es un reflejo de la sociedad, y los clásicos de Walt Disney ya no reflejan lo que somos ni mucho menos lo que aspiramos a ser, por mucho que algunos se empeñen, diariamente, en derribarlo.

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