Discípulo de Pepe Rodríguez Rey en El Bohío –donde ejerció como jefe de partida de carnes y caza–, Eduardo Guerrero se distingue por la estacionalidad de sus platos, que tanto Michelín como Repsol avalan tras dos años de tarea junto a Julio, su padre, en la sala.
Un joven chef que en temporada propicia corteja hongos y carnes silvestres, como un lomo de ciervo con signos de alta cocina, pluma de jabalí o pichón en pepitoria; un original canelón de cocido, alcachofas confitadas en caldo de jamón y unos callos soberbios, plenos de colágeno y libres de grasa o gluten. Si olvidar, con la cuaresma, el bacalao frito con espinacas o la corvina al pil-pil. Para volver. Adaly está en Claudio Coello, 122. Madrid. Precio medio: 55€.
