Después de más de dos décadas alejada de los escenarios, la actriz Ana Duato regresa al teatro con una obra de la escritora francesa Marguerite Duras titulada La música, en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, que se estrena el 26 de febrero. En esta producción, se une al actor argentino Darío Grandinetti, conocido por sus papeles en las series Hierro y Honor, así como en películas nacionales como Hable con ella. A pesar de su prolífica carrera en cine y televisión, Grandinetti nunca había trabajado en una producción teatral española hasta ahora.
Duato no sube a un escenario desde 1998, por lo que este regreso ha sido una experiencia que califica como un viaje lleno de descubrimientos. "Ahora tengo mucho por explorar, y tengo la suerte de estar acompañada por Darío, que siempre trabaja a corazón abierto", comenta la actriz sobre su retorno al teatro.
La pieza, dirigida por Magüi Mira, aborda temas tan universales como las relaciones de pareja en la actualidad, el amor, el deseo y la pasión. Según la directora, la obra refleja la complejidad de los vínculos amorosos en tiempos modernos, en los que las antiguas representaciones del amor ya no sirven. "Nos han contado el amor de una manera convencional, pero esa visión ya no nos ayuda. El amor crea conflictos graves y nos puede convertir en adictos a él", señala Mira.
La música narra la historia de un hombre y una mujer que, a punto de firmar el divorcio, pasan la noche en un hotel hablando sobre su relación. A lo largo de esa conversación, siguen sin comprender lo que les ocurrió, pero se enfrentan a la posibilidad de un reencuentro, que podría ser tan incierto como la misma despedida.
La trama de la obra se centra en la incomunicación de la pareja, quienes, a lo largo de la noche, redescubren aspectos del otro que desconocían, mientras intentan cerrar un capítulo lleno de pasión, amor y sexo que ha dejado una huella profunda. Duato describe a los personajes como seres llenos de contradicciones, atrapados en un ciclo de deseo que a veces alimenta y otras destruye.
"La pasión engancha, y a veces esa pasión alimenta, pero otras veces destruye. Si destruye, hay que dejarla ir, pero a veces no se puede", reflexiona la directora Magüi Mira, sobre los temas universales que se exploran en la obra.
El texto de Duras es, según la directora, "bello y brutal", sin filtros, "lleno de poética", lo que supone un reto considerable para los actores que deben convertir esa belleza y crudeza en una representación auténtica y real. La obra es un reflejo de la búsqueda del amor, un sentimiento que la autora describió como una "imposible partitura", que los actores intentan interpretar con sus propios matices.
Darío Grandinetti comparte su visión de lo inconcluso, reflexionando sobre la idea del "para siempre" en el amor, un concepto que considera idealizado. "Nos han enseñado que el amor es para siempre, pero no hay nada que sea eterno. Nada es para siempre", sentencia el actor, reflejando el enfoque realista y a la vez desgarrador de la obra.
La música es una obra que, como las otras de Marguerite Duras, mezcla la realidad con la ficción, y explora los límites del amor y las emociones humanas sin tapujos. Para Duato y Grandinetti, este proyecto supone un reto artístico único, y una oportunidad para adentrarse en una de las historias más profundas y complejas de la dramaturgia contemporánea.