
Los destinos de la españa más rural son un reclamo para cientos de viajeros que buscan un lugar en el que descansar del día a día. Además, si hay eventos, planes y actividades culturales mejor todavía. Es precisamente para promocionar estos pueblos, joyas escondidas, que National Geographic, con sus más de 100 años de experiencia promocionando la cultura y la ciencia, busca dar su valor a estos rincones con un ránking de aquellos que son más populares.
En esta ocasión, el primero que ha destacado ha sido la localidad alicantina de Altea, uno de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca. Su casco histórico repleto de calles empedradas, casas blancas y vistas impresionantes del mar evocan ese recuerdo de pueblo de tradición pesquera que fue un día. Ahora, Altea es el refugio perfecto para artistas y turistas que buscan tranquilidad en cualquier época del año.
Ubicada entre el mar y la montaña, se asoma al Mediterráneo con un paseo marítimo animado y un puerto pesquero que conserva su esencia. Su casco antiguo es su gran joya, con calles empinadas adornadas con buganvillas y pequeños talleres de artesanía que conducen hasta la icónica iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Sus cúpulas azul y blanco, visibles desde distintos puntos de la ciudad, le han valido el título de La Cúpula del Mediterráneo.

No se puede dudar de la tradición cultural que ha dejado el paso de grandes artistas por esta localidad. Durante décadas la luz y el paisaje de Altea inspiraron a pintores, escultores y escritores. Esto se refleja en las numerosas galerías de arte, los talleres y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández.
Sin embargo, lo que hace del lugar único no es solo su centro histórico ni su tradición, sino que su entorno también ha influido en la identidad de Altea. A pocos kilómetros se encuentra la Sierra de Bernia, un lugar perfecto para todo aquel que disfrute de planes centrados en realizar actividades en plena naturaleza.

Además, las las calas y playas de Altea, como la Playa de la Olla o la Cala del Soio, son perfectas para disfrutar de un baño en aguas cristalinas, practicar deportes acuáticos o en invierno simplemente perderte entre su arena.