En España hay pueblos que durante siglos han transmitido la cultura y la tradición propia de su región. Visitar los rincones rurales de nuestro país es una excelente forma de conocer mejor la historia a la vez que se disfruta de una escapada tranquila para desconectar. Además, las leyendas han formado parte de la identidad de los distintos pueblos, pero hay un lugar que destaca por tener un puente construido por el "diablo".
Se trata del Pont del Diable, una construcción en la provincia de Barcelona, entre Martorell y Castellbisbal. Cuenta la leyenda que en esta tierra vivía una anciana que día tras día debía atravesar las aguas del río Llobregat para coger agua de una fuente. Un día la mujer se encontró con el diablo, quien le hizo una oferta que no iba a poder rechazar: construir un puente majestuoso con el que pudiera pasar de un lugar a otro sin dificultad, pero con la condición de que él se quedaría con el alma de la primera persona que lo atravesara.
De buen grado la anciana aceptó la oferta y al día siguiente atravesando las aguas se encontraba este señorial puente. El diablo esperó con paciencia a que cruzara, pero como reza el dicho "sabe más por viejo que por diablo" y espantando a un gato la anciana consiguió que el animal fuera el primero en cruzar el puente.
El origen del Puente del Diable
Puede que el origen de esta construcción no sea realmente sobrenatural, pero sí que en este lugar se vivieron episodios históricos singulares. La construcción del puente se remonta a principios del siglo I y con esta se recuerda la que fue la calzada romana más larga de Hispania que iba de los Pirineos hasta Cádiz: la Vía Augusta.
De la primera construcción poco queda más que la base, los estribos y el arco de uno de sus extremos. Lo cierto es que hubo que reconstruirlo entre los siglos XII y XIII por una fuerte riada. Se volvió a restaurar en el XVIII, pero el Ejército Popular Republicano lo hizo estallar tras su retirada. La construcción del 63 es la que ahora se puede atravesar.
Qué ver en Martorell
Además del puente, el casco antiguo de Martorell conserva una esencia histórica que bien merece una visita. Destacan la iglesia de Santa María y el Museo Municipal Vicenç Ros, situado en el antiguo convento de los Capuchinos, donde se puede conocer más sobre la historia de la localidad y disfrutar de una extensa colección de cerámica catalana.
El Parque Fluvial del Llobregat es otra buena opción ofreciendo rutas ideales para disfrutar del paisaje natural que rodea la localidad. También es recomendable visitar el Enrajolada, Casa-Museo Santacana, una casa señorial convertida en museo que alberga una interesante colección de arte y antigüedades.