Evasión

Rosa Montero cierra la saga de Bruna Husky con 'Animales difíciles'

  • Esta entrega, presentada este martes en Madrid, está ambientada en el año 2111, es la más política, reflexiva y oscura de la tetralogía
Rosa Montero presenta 'Animales difíciles'

Rosa Montero, una de las escritoras más destacadas de la literatura contemporánea, Animales difíciles (Seix Barral), el cuarto y último capítulo de su serie protagonizada por Bruna Husky, la detective androide que debutó en 2007. Esta entrega, presentada este martes en Madrid, está ambientada en el año 2111, es la más política, reflexiva y oscura de la tetralogía, y aborda temas que resuenan profundamente en nuestra sociedad actual.

Bruna, que en esta ocasión enfrenta a un criminal de mente aterradora en un Madrid futurista, no solo es un personaje construido con destreza, sino también un reflejo de la propia autora. Montero confiesa que el proceso creativo, que describe como avanzar a ciegas por una selva, ha hecho que la detective androide comparta con ella obsesiones y características. En esta novela, Bruna ya no es la imponente tecnohumana de combate que conocimos al principio, sino una figura más pequeña y vulnerable, incluso físicamente parecida a la autora. Además, se sumerge en la escritura de un diario, un detalle que refuerza la conexión entre creadora y creación.

El título Animales difíciles alude a los humanos, cuya naturaleza contradictoria y compleja se examina a lo largo de la obra. Desde los conflictos por las migraciones masivas hasta el peligro de la inteligencia artificial (IA), la novela plantea cuestiones urgentes sobre la identidad, el futuro de la humanidad y la fragilidad de las democracias. Según Montero, su obra no es distópica en el sentido estricto, ya que el mundo que retrata no es peor que el actual, sino un reflejo amplificado de este.

La IA es uno de los ejes centrales de la trama. Bruna concluye que el verdadero problema de estas máquinas radica en su incapacidad para detenerse, un temor que Montero comparte. La autora advierte sobre los riesgos de una superinteligencia artificial ajena a los parámetros humanos: "No la podemos controlar, seremos para ella como hormigas". A pesar de este sombrío panorama, Montero confía en la capacidad de adaptación del ser humano, aunque no minimiza los desafíos que enfrentamos.

El desenlace de Bruna Husky es más luminoso de lo que cabría esperar. El personaje encuentra una reconciliación con la muerte, algo que también Montero ha buscado a lo largo de su carrera. Animales difíciles no solo cierra un ciclo narrativo, sino que confirma la habilidad de la autora para romper las fronteras entre géneros literarios, fusionando ciencia ficción, thriller, política y filosofía en una obra tan híbrida y compleja como el mundo que retrata.

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