El Café Barbieri abrió sus puertas en Madrid en 1902, en el corazón barrio de Lavapiés. Por sus mesas han pasado durante estos cien años decenas de escritores, pintores, músicos, políticos, artistas y personalidades diversas del mundo de la cultura, quiénes compartían tertulias y encontraban inspiración en torno a sus mesas de mármol. Ahora, este café-bar, que tomó su nombre del antiguo Teatro Barbieri –en homenaje al músico madrileño Francisco Asenjo Barbieri–, se ha convertido en un punto de encuentro para disfrutar de una auténtica gastronomía ítalo-castiza y así refugiarse del acelerado pulso de la vida madrileña, en el barrio de Lavapiés, que se encuentra en plena efervescencia.
Desde que reabrió sus puertas en 2022, Café Barbieri quiere recuperar el encanto de su primera etapa, devolviendo su sala principal a su imagen original, en la que se despliegan las mesas de mármol y madera y sus inconfundibles sofás de terciopelo rojo de época. Este salón, rodeado de amplios ventanales a la calle y grandes espejos, está presidido por Erato, una de las nueve musas que representa la lírica coral y la poesía romántica. Ella, que ha escuchado y vivido miles de historias con el paso de los años, seguirá siendo testigo de lo que acontezca a su vista en esta nueva andadura que comienza ahora.
La gastronomía ítalo-castiza, nueva protagonista
Café Barbieri ha actualizado su propuesta gastronómica creando una carta de estilo ítalo-castiza. Conectando directamente con la inspiración italiana sobre la que fue fundado hace ahora un siglo, en la nueva carta de Café Barbieri encontramos deliciosas recetas que aluden a la tradición gastronómica italiana con ingredientes de máxima calidad procedentes de Italia y también algunas tapas clásicas de Madrid que le dan ese toque castizo, fusionando lo mejor de cada gastronomía.
La propuesta gastronómica de Café Barbieri comienza con una selección de tapas castizas ideales para compartir entre las que destacan, Anchoita buona buona, anchoas sobre brioche y mantequilla; Alcachofas con guanciale, alcachofa confitada servida con guanciale crujiente; las Bravas Lavapiés, refinadas milhojas de patata servidas con su salsa; las Croquetas de pesto; y la Ensaladilla Barbieri, clásica ensaladilla servida con mayonesa de albahaca, ventresca de atún y crocante de guanciale.
Continúa con unos entrantes, entre los que destacan, la Tagliere di salumi e formaggi italiani, una increíble tabla de embutidos italianos; el clásico Vitello Tonnato servido con emulsión "tuneada" y alcaparras doradas; o la Caponata, pisto de berenjenas servido con Tomate San Marzano, apip, aceitunas, piñones, uvas, pasas, alcaparras y albahaca.
En la parte más auténtica italiana, encontramos una selección de pastas, se ofrecen clásicas o rellenas, pero siempre en su punto perfecto al dente. Entre las primeras encontramos nombres como la Carbonara, spaghetti clásicos a la carbonara, queso pecorino romano y guanciale; Alla Norma, rigatoni con queso ricota salata, salsa de tomate casera y dados de berenjena; y Pappardelle al Tartufo, pappardelle servidos con una suave bechamel trufada, láminas de parmigiano 24 mesi y su toque de pimienta.
Por su parte entre las pastas rellenas merece la pena destacar los Tortellini Zucca, tortellini rellenos de calabaza bañados con crema de calabaza, queso pecorino romano y crema de trufa, un plato para el disfrute los amantes de la pasta rellena; y la pasta Pesto, Pistaccio, Tomate y Guanciale, pasta conchiglie servida con pesto, pistachio, parmigiano 24 mesi, tomate seco, pomodori secchi y guanciale crocante, una receta irresistible.
El siguiente capítulo lo protagonizan las sabrosas pizzas de estilo veronés que se preparan en el vanguardista horno instalado en el local y que queda a la vista del público. Este tipo de pizza se caracteriza por su masa fina y crujiente, y en Café Barbieri en concreto se trabajan con masa de levadura madre natural de harina orgánica semi integral molida a piedra y 60 horas de descanso, resultando mucho más ligeras a la hora de digerirlas.
Entre ellas destacan opciones como la Margheritha Barbieri, con tomate San Marzano, Mozzarella Fior di Latte y queso Grana Padano curado 24 mesi; y la Triple Pomodoro Power & Burrata, con tomate San Marzano "speciale", tomate semi seco amarillo, tomate semi seco rojo, queso Parmigiano 24 mesi, burrata y oregano, componiendo toda una sinfonía de sabores. Para las pizzas con base "bianca" encontramos la Rústica, con Mozzarella Fior di Latte rúcula, pomodori secchi, prosciuto di Parma y Parmigiano 24 mesi: un pizza ligera y perfecta para el verano con explosión de sabores y la Burratta e Mortadella, con Mozzarella Fior di Latte, mortadella, burrata stracciata y pesto de pistacho.
En la parte dulce las estrellas son los postres clásicos italianos como el Tiramisú, el Mini Canolo Sicialiano y la Giant Cookie, todos ellos fieles a las recetas tradicionales y con elaboración casera.
Cócteles como homenaje al barrio
La experiencia en Café Barbieri se completa con una amplia oferta de cócteles como el Cinammon Espresso Barbieri, el Basilico Smash, el Picasso Mule, el Napolitano, el Better Sweet Sour, el Negroni Edesia y el Pisco Sour de Ave María, entre otros. Todo ello acompañado de buena música para crear una atmósfera que invita a disfrutar de una velada única en un espacio cargado de historia.
Café Barbieri es un punto de encuentro para disfrutar de un planazo con amigos donde no puede faltar buena comida, cócteles y, por supuesto, buena música. Por eso, proponen una variedad de actuaciones musicales donde vivir la experiencia Barbieri al completo.
Las citas musicales
Los miércoles se puede disfrutar de música brasileña de la mano de Pitú Fequer, Samba, Bossa Nova, Brasil. Los jueves ofrecen sesiones de vinilos con DJ Chili Willy de 19h a 23h con música Funk, Latin, Soul, Afrobeat o R&B. Y los domingos son de música blues también de 19h a 23h. Una gran variedad de propuestas musicales para vivir una experiencia increíble en Café Barbieri.
Café Barbieri se encuentra bajo la gestión del empresario hostelero Paul Torriglia de Altolaguirre, que quiso devolverle todo su esplendor de antaño, respetando al máximo su esencia y conservando todos los elementos originales del café tales como apliques, la barra, los ventanales, los espejos, las mesas y las sillas. La iluminación del espacio es obra del Estudio Mayice, cuyo equipo de diseñadores e interioristas crea piezas con el objetivo de crear atmósferas y relatos poéticos a través de la luz y el cristal.
Además de su histórica sala principal, el Café Barbieri cuenta con una sala contigua cuya decoración es más actual rompiendo así con el estilo centenario de la sala principal. Esta sala es un espacio añadido que luce una estética vanguardista mediante mobiliario de diseño y un rompedor tono anaranjado en sus paredes, que lo conecta con el momento actual y que lleva al Café Barbieri a convertirse en un punto de encuentro imprescindible para los amantes de la cocina ítalo-castiza, de los cócteles y para todo aquel que busque un ambiente divertido al más puro estilo de vida característico de Madrid.