
Es uno de los 16 supervivientes del avión accidentado en los Andes en 1972. Eduardo Strauch viajaba en el 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya con sus compañeros del equipo de rugby en aquel avión que partió de Montevideo (en Uruguay) con destino a Santiago de Chile. Más de 50 años después de aquella épica experiencia, Strauch se encuentra de gira por España donde firma ejemplares de su libro, Desde el silencio. Sus próximas citas son: Burgos (en Fórum Evolución, el 12 de diciembre); Linares (en el Pósito de Linares, el 14), Zaragoza (en el Palacio de Congresos, el día 15); Valladolid (en el Teatro Carrión, el 16); y Madrid (en el Teatro La Latina, el 17) .
Eduardo Strauch tenía 25 años cuando sufrió aquel accidente aéreo. Fue una de las 16 personas que logró sobrevivir después de pasar 72 días a casi 4.000 metros de altura. Ahora comparte su conmovedora historia en una charla organizada por la agencia Babilonia Comunicación. Esta difícil experiencia supuso un gran aprendizaje y aún hoy se sorprende con la capacidad del ser humano para adaptarse a situaciones extremas. Sus más de dos meses perdido en la cordillera le hicieron valorar lo importante de la vida. Por eso, en la charla también habla de amor, perseverancia, liderazgo, motivación, aventura y manejo del miedo.
Exit, la palabra que les sirvió de faro
Destacado arquitecto de Montevideo y apasionado de las artes plásticas, Eduardo está casado y tiene cinco hijos. Todavía recuerda cómo esa primera sensación de angustia al saber que paralizaban la búsqueda de los supervivientes se convirtió en ganas de venganza contra el destino. La palabra 'exit' escrita en un cartel fluorescente sobre una puerta de emergencia les sirvió de faro durante su experiencia y hoy da nombre a la charla en la que cuenta todo lo que aprendió en la nieve.
Viajaba junto a sus compañeros de rugby, entre los que se encontraban tres primos suyos, en un avión con destino a Santiago de Chile cuando, en plena cordillera de Los Andes, se estrelló. Cuando Strauch recuperó la conciencia, se convirtió en uno de los pilares del grupo. Fueron 72 los días que permaneció en el medio más inhóspito, sin abrigo ni alimentos y sufriendo frío extremo e inesperadas avalanchas. Dicen que su pausada personalidad y su carácter decidido fueron determinantes a la hora de orientar la lucha por la supervivencia.