Evasión

Emiliano Suárez: "Ya he podido alejarme para siempre del personaje social que tan poco interesante me resultaba"

  • El empresario ha fundado la productora OperaGarage y Garaje Lola
  • "Me gustaba la música desde que nací y la ópera llegó con ocho años"
Emialiano Suárez. Foto: Enrique Moreno Esquivel

Aunque tenía el camino fácil para triunfar como director de marketing y comunicación en Suárez, la empresa familiar, siguiendo su instinto, Emiliano Suárez decidió emprender por su cuenta. "Siempre tuve la sensación de no estar en el lugar adecuado. Después de un largo proceso de puesta a punto de mi salud mental y equilibrio espiritual, me di cuenta de que yo era completamente prescindible y que era el momento de andar solo", comenta.

Como él mismo reconoce, "me gustaba la música desde que nací y la ópera llegó con ocho años, cuando empecé a escuchar a los grandes y a partir de los diez no me perdía ni un título en el Teatro de la Zarzuela para verles en directo. Soñaba con ser feliz cerca de la ópera". Esa pasión le llevó con 23 años a trabajar en la Lyric Opera de Chicago. Sin embargo, su relación con la ópera no fue fácil. "Para mí era una actividad de alto riesgo porque no era capaz de disfrutar en calma del espectáculo, me provocaban taquicardias debido al trastorno severo de ansiedad que sufría". La terapia psiquiátrica le permitió vivir la ópera "como me merezco" pero, además, dio un paso más y en 2018 a raíz de exponer su trabajo como fotógrafo en Bilbao, nace la idea de crear la productora OperaGarage "desde la que nos dedicamos a montar ópera en espacios alternativos".

Tenemos la idea de que la ópera es solo para entendidos, pero tú estás empeñado en romper este paradigma…

Absolutamente, me niego a que la gente piense que la ópera es para unas élites sociales e intelectuales elevadas e intocables. Es una falacia a la que le doy réplica artística desde OperaGarage, donde mostramos la ópera de una manera diferente, cercana, esquemática, industrial y emocionante. Tenemos un formato en que desnudamos el género y lo mostramos en su más pura esencia a precios asequibles.

¿Cómo se rompen los cánones de este arte?

Desde la vanguardia de las ideas nuevas. Lo importante es la idea, todo lo demás es posible con trabajo. No queremos provocar sino sorprender, nuestra mirada a la ópera es un gesto creativo, moderno y actual desde el conocimiento y absoluto respeto por el género.

También estáis descubriendo nuevas voces, proponiendo nuevos estilos de hacer ópera.¿Cuáles crees tú que son vuestros grandes logros?

La clave del éxito son las buenas ideas. Los lugares que elegimos para nuestras representaciones son pura escenografía. Las texturas y componentes de lo industrial nos dan la posibilidad de tener un contenedor dramático inédito de mucho impacto. En lo artístico hemos tenido la fortuna de contar con el apoyo de los mejores líricos españoles que han sido imprescindibles para posicionar nuestra marca como un producto de máxima calidad. Su generosidad ha sido infinita y te aseguro que impagable.

Arrancasteis con La Bohème y con la colaboración de ABAO y también habéis tenido apoyo de instituciones como el Liceu. ¿Cómo lo conseguisteis?

Nos han apoyado todos excepto el Teatro Real. No creo que sea tan complicado tender una mano a un proyecto interesante, original y compatible con sus actividades. Es una cuestión de humildad, sensibilidad y ausencia de prejuicios… exactamente la antítesis de lo que representa Gregorio Marañón y su cortijo.

Tras OperaGarage, montaste Garaje Lola. ¿Lo hiciste como demostración para que te tomaran en serio y dejar de ser el "enfant terrible" de los Suárez?

No exactamente, pero es cierto que era la hora de mostrar y demostrar quién era Emiliano Suárez. Estaba asociado a cuestiones que nada tenían que ver con mi profesión y me pareció el punto de inflexión ideal para mostrar mi faceta de artista sin complejos y alejarme para siempre del personaje social que tan poco interesante me resultaba. Garaje Lola es una batalla que ya he ganado y de la que estoy orgulloso. La idea era crear un contenedor de proyectos de autor, para ello encontré una vieja nave en el barrio madrileño de Tetuán. A partir de ahí Garaje Lola se ha posicionado como una referencia en la escena cultural off de Madrid como agitador cultural en un marco de carácter industrial donde además de "espectáculos líricos experimentales", también hemos dado muchas otras vueltas de tuercas a otros géneros.

Este año te has estrenado como director de escena de gran formato con Don Pasquale. ¿Vas a seguir indagando en ese territorio?

Ha sido el proyecto artístico más importante de mi vida y una experiencia maravillosa. Un sueño hecho realidad que espero tenga continuidad. Tengo mucho por hacer y me gustaría que me dieran más oportunidades de presentar ideas y proyectos. Mía será la responsabilidad de mostrar algo potente y atractivo. No va a ser un camino fácil, pero Bilbao ha envainado muchas espadas afiladas. Creo que ya hemos despegado para siempre. Tengo dos nuevos encargos para esta temporada y estoy en un proyecto de Opera Studio para diciembre y dando forma a una obra de teatro musical.

Este año es el aniversario de Puccini, uno de los compositores más fáciles para acercar la ópera a los más neófitos. ¿Qué has aprendido de él?

De Puccini he puesto en escena y dirigido La Bohème y Tosca, dos obras maestras. Puccini es un fantástico contador de historias cautivadoras a través de un lenguaje musical grandioso y cinematográfico. Se acerca a historias verdaderas, reales, creíbles, actuales en sus temáticas y acierta casi siempre en sus libretos. Esto convierte al compositor de Lucca en una fuente de inspiración interminable, y te lo dice un Verdiano absoluto.

Mucho más allá de la música, ¿qué otras lecciones te ha dado la ópera?

Para mí el amor por la ópera es un estilo de vida. Nunca utilizaría la ópera para otro fin que no fuera para hacer arte y contarlo lo mejor posible. Considero que es el mejor espectáculo que se ha inventado en la historia y que aún no ha sido superado por ningún otro, es la reina de las artes escénicas.

Para terminar y siguiendo con la ópera, ¿cuál sería tu sueño?

Que se me tratase de una manera justa y sin prejuicios como artista y director de escena. Solo quiero que me den las mismas oportunidades que al resto. Hay lugar para todos los que amamos nuestro trabajo y tenemos buenas ideas. Confío al cien por cien en mi talento y en horas de trabajo y estoy seguro de que soy cien por cien competitivo. En mi terreno no hay miedos, dudas ni silencios creativos. Vamos a por todas.

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