
Celebramos el otoño con los platos más sorprendentes.
La cocina irreverente y festiva de Gamberro en Zaragoza
Restaurante (un Sol Repsol y recomendado en la Guía Michelin) de personalísima cocina creativa. Gamberro es irreverente, elegante, lúdico e imaginativo. ¿Su lema? De Aragón al mundo. Menú de 17 pases, cerrado y a ciegas (70 euros). 2,5 horas de experiencia. Los platos cambian según temporada y mercado. Franckesco Vera firma la 'oliva' de mejillones en escabeche, un trampantojo en forma de aceituna que se sirve en la palma de la mano del comensal, la croqueta de gambas estilo thai; y la pizza de aire, un recuerdo de Italia con un anipuri sufleado. Dos recetas de huella aragonesa: el Guardia Civil 2.0, versión personalísima del popular bocadillo maño que se acompaña con un gazpacho de jalapeño; y los sesos en tempura, que se inspiran en los sesitos rebozados tan típicos de la tierra. Se sirven con alioli de perejil. Bolonia, 26, Zaragoza.
Ultramarines del Coso, taberna española de vanguardia
Ultramarines del Coso abre en Chamberí. Taberna de vanguardia que recupera platos familiares como la casquería y los guisos de cuchara, reinterpretados por el chef ejecutivo de Lamucca, Dani Álvarez Marthón. Una fusión del encanto de épocas pasadas con toques contemporáneos. Como detalles, el olor a pan recién tostado por la mañana, un vermut de aperitivo con torreznos y y comidas y cenas caseras. Entre sus clásicos, las anchoas 00 sobre brioche ahumado, los berberechos al Josper, con un toque vanguardista y original, como la ostra spéciale nº3 con salsa nam jim. Además, rescata la casquería fina, los torreznos, la cabeza de cochinillo crujiente y los callos. Un lugar de reunión para después del trabajo, comidas de fin de semana, charlas interminables y cenas que acaban en baile. Calle de Trafalgar, 1. Madrid.