
Madrid, 10 abr (EFE).- La Dirección General de Tráfico (DGT) se ha planteado como reto no superar las 26 muertes en carretera de la Semana Santa del pasado año y, para ello, pondrá el ojo en las carreteras secundarias, donde los agentes de la Guardia Civil redoblarán sus esfuerzos, sobre todo en el control de la velocidad.
No en vano, tal y como hoy ha recordado la directora general de Tráfico, María Seguí, el 85 por ciento de los fallecidos en vías interurbanas murió en las carreteras convencionales, donde se superan más los límites de velocidad y, además, "en gran cuantía".
Seguí ha presentado en rueda de prensa el dispositivo especial de Tráfico esta Semana Santa, un periodo en el que se prevén 12,5 millones de desplazamientos, la cifra más baja desde 2005.
Una operación que dará comienzo a las tres de la tarde de mañana y concluirá a las doce de la noche del lunes 21 de abril, festivo en algunas comunidades. Once días en los que la DGT sumará a los 500 radares fijos colocados en las secundarias y en las autovías y autopistas otros 250 móviles para vigilar la velocidad en las carreteras convencionales.
Y para que la Semana Santa sea al menos como la pasada, cuando se alcanzó el mínimo histórico de fallecidos -26-, María Seguí ha instado a todos los ciudadanos a poner de su parte "hoy, mañana y pasado y en cada viaje porque, por muy bueno que uno sea, un error una sola vez puede provocar ese accidente que hará que no volvamos".
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