
El presidente ruso, Vladimir Putin, se inmiscuyó con prudencia el martes en la polémica desatada por los jugadores del Zenit a causa de la llegada al equipo del delantero brasileño 'Hulk', contratado a precio de oro por el equipo de San Petersburgo, su ciudad natal.
"Quisiera subrayar que es la empresa (el patrocinador, Gasprom) y no el gobierno quien compra a los jugadores", declaró Putin a la televisión, agregando que los "fans también quieren ver a estrellas mundiales, no las que están declinando, sino a las que están en su apogeo, en pleno ascenso". "Esto tiene puntos positivos, y estamos hablando de cosas que apasionan a millones de fans", concluyó.
El Zenit revolucionó el mercado de fichajes en Rusia al desembolsar 100 millones de euros por 'Hulk' y por el defensa belga Axel Witsel. Según la prensa, el exdelantero del Oporto cobrará 6,5 millones de euros anuales, mientras que Witsel firmó por la mitad.
Esto provocó descomntento y polémica entre sus futuros compañeros de equipo. El capitán y centrocampista Igor Denisov, aseguró el lunes que el delantero brasileño no es una superestrella y que no merece el salario que cobrará del campeón ruso, lo que ha provocado una revuelta en el vestuario del equipo. "Entendería que si tenemos a (la estrella argentina Leo) Messi o a (el centrocampista español Andrés) Iniesta, probablemente merezcan cualquier salario", dijo Denisov.
Tanto Denisov como el goleador del equipo, Alexander Kerzhakov, fueron castigados a entrenarse con los juveniles después de que el domingo criticasen la operación realizada por el principal patrocinador del club, la empresa energética Gasprom.
Otros jugadores rusos, como el portero Vyacheslav Malafeyev o el veterano Vladimir Bystrov, también podrían haber hecho críticas, según la prensa rusa.
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