Oxidado, podrido, lleno de algas... es lo que queda del crucero de lujo Costa Concordia, que se hundió en 2012 frente a las costas de Italia provocando la muerte de 32 personas.
El barco, en el que 4.200 personas iban a bordo el día del accidente, encalló frente a la isla de Giglio tras una arriesgada maniobra del capitán Schetino, que se acercó a la costa más de la cuenta e hizo que el buque chocara con una enorme piedra.
El capitán huyó del barco cuando aún quedaban dentro cientos de personas. Schetino ha sido condenado a 16 años de cárcel.
El lujoso crucero, contaba con 505 habitaciones, 58 suites, piscinas, spa, jacuzzi, gimnasio, restaurantes, bares, un teatro de tres pisos, casino y discoteca. Ahora, en el interior soló quedan soportes metálicos de lo que alguna vez fueron cómodos, un escenario hecho pedazos y una gran variedad de plantas marinas, que se han apropiado del barco, según se pueden ver en las imágenes publicadas por el fotógrafo Jonathan Danko Kielkowski's.