Unidades del Ejército de Georgia han regresado a la ciudad de Gori, ocupada hasta este miércoles por las fuerzas armadas rusas, como parte del cese temporal de hostilidades decretado por las partes implicadas en el conflicto, según ha informado el Ministerio del Interior georgiano. Por otra parte, Rice ha asegurado que "no estamos en 1968, cuando Rusia podía invadir un país vecino y marcharse".
Sin embargo, la confusión aún reina en la ciudad portuaria de Poti, que se ha llenado de tanques rusos. Además, los barcos militares antiguos han sido quemados.
"Las fuerzas georgianas han tomado de nuevo el control de Gori a medida que se retiran las tropas rusas", afirmó el portavoz del Ministerio, Shota Utiashvili.
Georgia confirma que, tal y como habían asegurado las autoridades rusas poco antes, el Ejército ruso ha comenzado ya a entregar a Georgia el control de las zonas invadidas en la ciudad de Gori, situada a medio camino entre Tiblisi, capital de Georgia, y Tsjinvali, capital de la región separatista de Osetia del Sur. Policías georgianos ya están tomando posiciones y la entrega total se producirá "pronto".
"Durante otros dos días las tropas rusas permanecerán en la región para realizar procedimientos de entrega de las funciones de control a los organismos de aplicación de la ley georgianos, después de eso se retirarán", explicó el general ruso Vyacheslav Borisov.
Esta acción estaba recogida dentro del acuerdo propuesto por la UE y aceptado por todas las partes. Los seis puntos bajo los que debe construirse el alto al fuego definitivo son: no recurrir a la fuerza; el cese de las hostilidades de manera definitiva; permitir el libre acceso a la ayuda humanitaria en la zona de conflicto; el regreso de las tropas georgianas y rusas a sus respectivas posiciones antes del inicio de los enfrentamientos; y la puesta en marcha de una discusión internacional sobre las modalidades de seguridad y estabilidad en Osetia del Sur y de Abjazia.
Los tanques rusos en Poti
La ciudad portuaria georgiana de Poti, situada en el este del país, se está llenando de tanques y camiones con soldados rusos, según indicó un agente naval por teléfono, pero el Estado Mayor ruso negó la información.
"Hace sólo unos minutos (los rusos) entraron en Poti en tanques", indicó el agente, Nikoloz Gogoli. "Algunos de los tipos llevan brazaletes azules, lo que significa que deben ser fuerzas de paz", añadió.
El agente precisó que los tanques no han entrado en el puerto, sino que se dirigen hacia la antigua base militar. Por su parte, los guardias del puerto señalaron que los tanques iban acompañando a camiones con tropas y que se fueron del puerto una vez que los vehículos habían aparcado dentro. Uno de los vigilantes calculó que en un solo camión iban 20 tropas y también las identificó como fuerzas de paz.
A un fotógrafo de Reuters que se encontraba en la ciudad no le fue permitida la entrada en el puerto. Uno de los gerentes del puerto que no quiso dar su nombre explicó que las tropas rusas hundieron seis embarcaciones guardacostas georgianas amarradas en Poti y que nadie resultó herido.
Según Gogoli, las embarcaciones, todas barcos militares antiguos, fueron quemados y las tropas advirtieron a los viandantes de lo que iban a hacer. "Creo que lo que hicieron fue volarlas con algunos explosivos", indicó.
Rusia lo confirma: entran en Poti
El Estado Mayor ruso ha admitido finalmente el despliegue de fuerzas de paz en la ciudad portuaria georgiana de Poti, en el este del país, pero consideró que se trata de una acción "legítima" para realizar labores de Inteligencia.
Así lo ha declarado en rueda de prensa en 'número dos' del Estado Mayor, el general Anatoli Nogovitsyn, horas después de que testigos presenciales indicaran de la entrada en Poti de tanques y camiones con soldados rusos, información que Moscú había negado.
Por otro lado, Nogovitsyn ha manifestado su preocupación por los cargueros que Estados Unidos está enviando a Georgia como parte de la misión que va a desplegar en el país caucásico, pero subrayó que la flota que Rusia mantiene en el Mar Negro sólo actuará según las órdenes del presidente, Dimitri Medvedev.
Las peticiones de Rusia
Mientras tanto, el presidente ruso, Dmitry Medvedev, ha pedido a Francia -que se encuentra mediando en el conflicto de la ex república soviética con Georgia-, que anime a Tiblisi a que firme el acuerdo de alto el fuego por el que no atacaría a las regiones separatistas.
A última hora de ayer, Medvedev mantuvo una conversación telefónica con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. "Medvedev resaltó que lo más importante ahora para lograr un proceso sostenible para normalizar la situación es el acuerdo (...), más que resoluciones o declaraciones de la ONU", resalta el texto del comunicado enviado por el Kremlin.
"Este acuerdo debería basarse en los principios acordados, firmados por Osetia del Sur y las partes de Georgia, además de Rusia, la Unión Europea y la OSCE como garantes", concluye.
La desconfianza sigue presente
El primer día después del acuerdo de paz firmado por Georgia y Rusia para finalizar el conflicto de seis días en Osetia del Sur se ha caracterizado por las denuncias mutuas acerca de supuestos nuevos ataques.
Mientras, la Unión Europea se comprometió a contribuir "sobre el terreno" a los esfuerzos de la ONU y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para alcanzar una solución pacífica y duradera en Georgia, y el presidente estadounidense, George W. Bush, anunció el envío de una misión humanitaria a la zona en la que participarán las Fuerzas Aéreas y Navales de Estados Unidos.
La primera acusación llegó cuando Georgia afirmó que Rusia estaba trasladando sus tanques desde la región separatista de Osetia del Sur hasta Gori, localidad georgiana situada a medio camino entre Tiblisi y la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali.
Desde ese momento, las acusaciones no han cesado por ambas partes.