
Angela Merkel cuenta con la confianza plena de su partido. La canciller se presentaba a la reelección en su partido por octava vez y tras 14 años al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y este martes no hubo sorpresas: los 1.001 delegados de la CDU le dieron su apoyo prácticamente unánime en el Congreso del partido en Colonia. Con el 96,7% de los votos y una ovación que duró más de diez minutos, la canciller confirma que lidera sin resquicios el partido más votado de Alemania.
La 'mami' de hierro
En sus inicios, los alemanes llamaban a Angela Merkel "la chica de Kohl". El histórico canciller que gobernó Alemania entre 1982 y 1998 la convirtió en su ministra más joven tras la reunificación y la aupó como su sucesora. Pero pronto quedó claro que Helmut Kohl había subestimado a la joven y discreta política del Berlín Este, que rompió públicamente cualquier relación con él y forzó su dimisión tras el escándalo de la financiación secreta de la CDU.
A día de hoy, nadie duda de que Merkel es una de las mujeres más poderosas del mundo (lleva cuatro años seguidos encabezando el ranking de la revista Forbes) y la política más popular de Alemania, donde se ha ganado el apodo de Mutti (mami) de la nación. Tras nueve años en la cancillería desde su llegada al poder en 2005, los analistas aseguran que el éxito de la mandataria ante la opinión pública de su país radica en su seguridad y en su imagen de "persona normal". Viste sin opulencia, hace la compra ella misma y hasta ahora ha sabido mantenerse alejada de escándalos. Merkel es una de las líderes más respetadas en el mundo, pero también una de las más criticadas: si dentro de Alemania desempeña su papel de Mutti, en el extranjero muchos la llaman la canciller de hierro. Ha sabido transmitir al mundo la imagen de una Alemania fuerte y próspera, pero su doctrina de la austeridad impuesta en la UE genera un fuerte rechazo, en especial en los países del sur de Europa.
Su proyecto
"Merkel representa un nuevo estilo cualitativo de liderazgo. No es un estilo triunfalista, a lo Napoleón, sino mucho más exitoso", afirmó el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en una entrevista al diario Süddeustche Zeitung.
Según explica el periodista del canal de noticias n-tv, Heiner Bremer, el mensaje que ha transmitido este congreso es "nosotros, la CDU, hacemos una buena y correcta política, y la hacemos porque tenemos a Angela Merkel, porque Angela Merkel es la garantía para una política exitosa." Algunas voces critican que el partido se esconde detrás de su líder y evita debatir a fondo sus problemas internos de pérdida de votos.
Críticas contra sus socios
Por su parte, Merkel aprovechó el congreso para acusar a los socialdemócratas del SPD, sus socios en el gobierno, por haberse aliado con los poscomunistas de Die Linke en el estado federado de Turingia. El pacto entre SPD, Die Linke y los Verdes equivale "a una declaración de bancarrota política" de los socialdemócratas, espetó la canciller. "Sólo una CDU fuerte impedirá una coalición como la de Turingia en 2017 (próximas elecciones generales). En cambio Merkel se mostró amable con el partido liberal FdP, a quien aún considera su aliado natural a pesar de que está muy debilitado tras quedar fuera del Bundestag en los últimos comicios. "No están acabados", aseguró.