
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha anunciado este martes que la inmigración ilegal no será finalmente delito en el país transalpino, sino simplemente un agravante en el caso de que un 'sin papeles' cometa un delito. También este martes, Zapatero le leía la cartilla a 'Il Cavaliere' en materia migratoria.
De este modo, el gobierno italiano da marcha atrás en una de sus proyectos de ley más polémicos y que ya ha recibido las críticas de las Naciones Unidas y del Vaticano. Y es que el conservador ejecutivo aprobó el mes pasado medidas contra la inmigración ilegal que para muchos podrían ser una puerta de entrada a la xenofobia y al racismo. De entre estas medidas, la más polémica fue la que establecía que la entrada ilegal en Italia sería un crimen punible con hasta cuatro años en la cárcel.
Pero Berlusconi ha rectificado hoy y asegurado que una persona no debería ser procesada simplemente por ser un inmigrante ilegal, sino que su estado debería ser considerado una circunstancia de agravamiento si ellos cometieran un crimen.
Medidas muy controvertidas
"Personalmente, no pienso que se pueda procesar a alguien por su presencia ilegal en nuestro país" ha declarado Berlusconi durante una rueda de prensa conjunta con el Presidente francés Nicolas Sarkozy. " El parlamento es soberano y decidirá según su conciencia y sentido común, " agregó, haciendo referencia a que esta ley debetrá ser aprobada por el parlamento italiano.
Este paquete de seguridad también propone confiscar apartamentos alquilados a inmigrantes ilegales, acelerando expulsiones y ampliando el tiempo éstos puedan ser retenidos en correccionales.
A este respecto, el Jefe saliente de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Louise Arbour, ha descrito estas medidas como un ejemplo de represión e intolerancia.