
Los Verdes no entrarán en la próxima coalición de Gobierno alemana con los democristianos. O al menos eso se desprende de la decisión de ambas partes de poner fin a las conversaciones que han mantenido hasta ahora con la CDU de Angela Merkel. Así, al centro derecha le queda en principio ya sólo una opción, intentar formar equipo con el SPD y conseguir una alianza estable que no le traiga problemas para desarrollar una legislatura plácida y sin sorpresas. Hoy al mediodía tiene lugar la tercera ronda de diálogos con los socialdemócratas. Una tercera ronda que ya no llegará para los ecologistas.
Los socialdemócratas tendrán que justificar muy bien ante sus bases una hipotética decisión de entrar en la Gran Coalición. Todos saben que el socio pequeño de Merkel tiene mucho que perder en una alianza tan desigual, por eso se comenta que Sigmar Gabriel, presidente del SPD, podría salir hoy de las negociaciones con un gran compromiso bajo el brazo, el de una aceptación por parte de Merkel de alguno de los grandes hitos de su campaña, como la aprobación del salario mínimo interprofesional.
Sólo así se allanaría de manera notable el camino hacia la consulta que los líderes del partido tienen previsto plantear a los militantes el próximo fin de semana, en relación a la arriesgada decisión de entrar o no en el ejecutivo de la Canciller. Después de la segunda ronda de conversaciones entre ambos partidos, la prensa alemana destacó las importantes diferencias que todavía distanciaban a CDU y SPD, disminuyendo -parecía- las opciones de una Gran Coalición. Cuestiones como la subida de impuestos o las inversiones en infraestructuras y educación podían impedir que las conversaciones llegaran a buen puerto.
Amarga derrota
Los Verdes sufrieron el pasado 22 de septiembre una amarga derrota electoral. Muchos argumentan ahora que la tarea que tiene pendiente el partido es buscar las razones de tal resultado, dibujar nuevas estrategias y encontrar liderazgos que abran una nueva etapa para cautivar de nuevo a su electorado. Pero que en cualquier caso su resultado electoral no hay que traducirlo en un mandato de entrar en el Gobierno. Los Verdes rechazan una coalición con Merkel
Cierto es que con el desastre de Fukushima los ecologistas vivieron un momento álgido, pero fue ese acontecimiento lo que provocó que incluso el centro derecha alemán incorporara algunos de los lemas que hasta entonces habían sido patrimonio único de los Verdes, como el apagón nuclear.
Sin la exclusividad de las políticas sostenibles, los Verdes buscaron marcar su perfil en la campaña centrándose en cuestiones fiscales y económicas, haciéndose un lugar a la izquierda del SPD. Algo que según los expertos les salió caro en el recuento de votos. Las mismas exigencias de aumentos de tributos y subvención a las renovables han sido impedimentos para llegar a acuerdos con los democristianos. Ahora muchos aseguran que en los Verdes es el momento de lamerse las heridas y buscar un nuevo rumbo que les sitúe de nuevo con posibilidades de Gobierno. Eso sí, dentro de cuatro años.