
Las primeras consecuencias de los resultados electorales no se hicieron esperar ni un día en Alemania. Y es que ya han rodado las primeras cabezas por culpa de los malos resultados. En los liberales, que quedaron fuera del Parlamento, ayer dimitió su presidente, Philipp Rösler, que además hasta ahora era vicecanciller y ministro de Economía de Merkel. La cúpula entera de Los Verdes se retiró también anoche, para "dejar el camino" libre a la renovación.
Sin embargo, la máxima emoción se centra en especular sobre las siglas que puedan conformar el Ejecutivo que gobernará Alemania los próximos cuatro años. Aritmética en mano, son sólo tres las opciones de coalición. Si hablamos, sin embargo, de las probabilidades de lo que vaya a ocurrir, pocos son los que ponen en duda la creación de una gran coalición que reúna los dos principales partidos del país, y que consiga el 80 por ciento de los asientos del Bundestag a su favor.
Alianza de izquierdas
Desde el extranjero se hace a veces difícil de comprender cómo puede ser que teniendo en sus manos formar un gobierno tripartito en el que el SPD pueda ser la formación más fuerte, la formación socialdemócrata rechace de entrada esta posibilidad. La razón es la aparente dificultad "insalvable" de llegar a un posible acuerdo de coalición con la formación "Die Linke". Los excomunistas, con más del 8 por ciento de los votos, se convirtieron ayer en la tercera fuerza, pero nadie quiere pactar con ellos. Thomas Oppermann, secretario general del grupo parlamentario del SPD, lo argumentaba así: "Die Linke defiende exigencias populistas de izquierdas, es crítico con Europa y no asume responsabilidades internacionales".
CDU-Verdes
No tan improbable debería ser la mayoría formada por los democristianos y los ecologistas, sin embargo los propios protagonistas lo ven complicado. El candidato de los Verdes, Jürgen Trittin, aseguró ayer que cualquier posible trabajo conjunto con la CDU no podía dejar de lado las convicciones ecologistas.
Desde la CDU, por su parte, el jefe del grupo parlamentario Volker Kauder calificó de "orgía de impuestos" las propuestas de los Verdes en materia económica, por lo que diagnosticó como muy difícil el acuerdo con ellos. Otro dirigente regional del partido, Armin Laschet, nombraba también la política energética como gran problema. "Nosotros necesitamos para este país industrial energía convencional, y no sólo renovables".
La Gran Coalición
A pesar que hasta el momento los socialdemócratas se están haciendo mucho de rogar, la gran mayoría de la sociedad alemana está convencida de que terminarán entrando en el Gobierno y formando lo que ya hace días suena, la Gran Coalición. Pero los líderes del SPD no se cansaron de repetir ayer que no van a hacerlo de manera automática.
La secretaria general del partido, Andrea Nahles, recordó que "de entrada en ningún sitio está escrito que tenga que haber una gran coalición, también hay otra opción posible", mientras que otra dirigente, Manuela Schwesig, recordó que en una alianza de gobierno hay que cuadrar los contenidos.