
El exprimer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que se enfrenta a una causa judicial por prostitución de menores, ha revelado ante la audiencia que los disfraces de monjas que usaron las chicas de sus fiestas fueron un regalo del exlíder libio, Muamar el Gadafi, quien le había enviado como regalo sesenta trajes largos y cubiertos de joyas.
Berlusconi defendió ante los jueces sus fiestas, a las que calificó de "elegantes" y justificó los 'striptease' protagonizados por las chicas como espectáculos de 'burlesque'. "Hacíamos competiciones", ha asegurado el magnate italiano.
"En mi casa sólo ha habido cenas elegantes y en ocasiones después de la cena bajábamos al teatro, la antigua discoteca de mis hijos, donde había una atmósfera de afecto y buen humor", dijo a la prensa el empresario de 75 años durante un receso en la vista.
A Berlusconi se le acusa de pagar por sexo en 2010 con Karima El Mahroug, nacida en Marruecos, cuando ella tenía 17 años, y después abusar del poder de su cargo para liberarla de custodia policial cuando había sido arrestada por robo.
El juicio ha provocado titulares que recuerdan al escándalo del 'Bunga bunga' que ayudó a precipitar la caída de Berlusconi del poder el año pasado.