Los jugadores de la selección se proclamaron campeones de Europa ayer pero no olvidaron el respeto al rival y las características que les han hecho grandes en el mundo del deporte. Cuando el árbitro señaló los tres minutos de descuento, Casillas le pidió a unos de los jueces de fondo que pitaran ya el final por respeto por el rival.
Corría el minuto 92 de partido cuando Casillas se acordó del equipo perdedor y no quiso que el castigo fuera mayor. El portero español se dirigió al árbitro de la lía de fondo y le dijo que pitara ya el final del partido.
Iker pidió respeto para el rival que ya perdía 4-0 y que no merecía semejante prolongación y el meta español pidió respeto para el rival que, como le dijo al árbitro, caía ya por una distancia más que considerable y el tiempo de prolongación solo iba a servir para hacer más daño.
En ese momento el árbitro pito el final del partido y solo tras saludar a todos los jugadores italianos y al técnico Prandelli celebró el título con sus compañeros.
Era Iker Casillas, campeón dentro y fuera de la cancha.
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