
El seleccionador español Vicente Del Bosque, es un hombre de sorpresas en los momentos clave. Lo demostró durante el Mundial de Sudáfrica y lo está demostrando en la presente Eurocopa de Polonia y Ucrania. Tendencia que, ante Portugal, podría repetirse. El entrenador salmantino medita dar entrada en el once a Pedro Rodríguez en lugar de Cesc Fábregas. De esta forma Silva se convertiría en el falso delantero centro del combinado nacional.
La decisión, como todo lo que sucede con 'La Roja' no se sabrá hasta minutos antes de que España parta de su lugar de concentración (la ciudad deportiva del Shaktar Donetsk), pero el currículum de cambios realizados por Del Bosque y sus piropos a Pedro en las últimas ruedas de prensa, invita a pensar que no sería una opción muy descabellada.
"Pedro es un hombre muy importante para nosotros, claro que sí. No ha podido tener todos los minutos que nos gustaría, pero no lo descartamos para jugar contra Portugal, como a ninguno de los jugadores que tenemos con nosotros", insistía el entrenador ante los periodistas este martes.
Pedro en versión Villa
Su entrada en el terreno de juego le convertiría en el Villa de esta Eurocopa, esto es: un jugador de banda, siempre abierto en un costado (derecho o izquierdo) que tiraría diagonales para buscar la portería de Rui Patricio y que, de paso, fijaría a toda la defensa lusa. A su lateral por aquello de evitar sus internadas y a los centrales para evitar sus zigzagueos en busca del área.
Su presencia, además, podría dar nuevas opciones a los mediocampistas españoles, especialistas en meter balones a los espacios. Pedro es, en este aspecto, uno de los jugadores que mejor desmarque de ruptura tiene en 'La Roja'. Con Silva en el centro como 'falso nueve' las opciones de aprovechar su diagonales se multiplicarían.
También es importante la función táctica de Pedro. A Del Bosque le encanta como se desfonda a la hora de presionar la salida de balón rival y eso, con un equipo que jugará a la contra, puede ser hoy más que importante.
Ingredientes que añadir a otro argumento de peso: su gran partido en cuartos de final. El extremo del Barça se ha convertido en uno de esos suplentes que ha sabido revolucionar un choque con sólo media parte sobre el terreno de juego.
Fue contra Francia. Apenas 25 minutos del canario bastaron para que los galos se tuvieran que preocupar más de defender su portería que de atacar la de Iker Casillas.
El canario, además, tiene experiencia en estas lides. Contra Alemania, en el Mundial de Sudáfrica, fue la principal sorpresa de la alineación que presentó España. Sentó a Torres y su exhibición de regates y carreras fue simplemente impecable. Sólo le faltó visión de juego para darle al propio Torres un balón claro que, con 1-0 en el marcador, habría supuesto la puntilla para los germanos. Quizá hoy, ante Portugal, pueda resarcirse de aquel 'fallo'.