
En el mundo empresarial se conoce como 'unicornios' a aquellas empresas no cotizadas cuya valoración ha superado los 1.000 millones de dólares. Así, este término se refiere sobre todo a startups y/o empresas tecnológicas que han conseguido aumentar su valor en poco tiempo tras experimentar un gran crecimiento.
Según la consultora CB Insights, los más de 600 'unicornios' que hay en todo el mundo alcanzan ya un valor conjunto que supera los 2 billones de dólares. Si bien Estados Unidos continúa siendo la cuna de este tipo de empresas con más de 300, las startups españolas están comenzando a despuntar en el mapa mundial. Es el caso de Wallbox, que se ha convertido en la cuarta compañía española en alcanzar esta calificación. Este fabricante de cargadores de vehículos eléctricos establecido en Barcelona ha revolucionado el mercado de la automoción al ofrecer al consumidor una alternativa más cómoda y práctica a los puntos de carga habituales.
Un proyecto que nació en 2015 cuando los creadores, Enric Asunción y Eduard Castañeda, en la boda de un amigo, se preguntaron "¿qué pasaría si pudiéramos crear cargadores para vehículos eléctricos realmente inteligentes y eficientes?". Al día siguiente ambos dejaron sus trabajos y pusieron en marcha Wallbox, cuyo objetivo era crear cargadores de pequeño tamaño para los hogares, y que podían presentar una ventaja frente a los instalados en los espacios públicos, más voluminosos.
El importe del cargador más asequible de esta empresa es de 500 euros. La competitividad de sus precios hace que sean un 40% más económicos que los de sus competidores. Además, están desarrollando aparatos de carga para la vía pública. En concreto, el modelo Supernova, que da una autonomía de 100 kilómetros con una carga de 15 minutos. Ahora Wallbox, con una valoración de 1.500 millones de dólares, está preparando su salto a Wall Street.
Otro de los nombres propios de este ecosistema de startups es Idealista, compañía fundada por los hermanos Fernando y Jesús Encinar y César Oteiza. Creada en el año 2000, se ha convertido en una referencia en lo que a la búsqueda de viviendas se refiere. Hace apenas unos meses, el fondo sueco EQT compró la compañía por más de 1.300 millones de euros, convirtiéndose así en la mayor venta de un portal de Internet creado y gestionado en España.
Por su parte, Glovo nació hace seis años como empresa especializada en reparto a domicilio. En 2019 se convirtió en la segunda empresa española en alcanzar el estatus de 'unicornio' al conseguir una inversión de 150 millones de euros superando así una valoración de 1.176 millones de euros. Algo posible gracias a un crecimiento vertiginoso que ha llevado a esta empresa a estar presente en más de una veintena de países. Precisamente, este tipo de compañías ha salido reforzado de la crisis originada por la pandemia de la COVID-19. Como explican desde Glovo, la digitalización de muchos restaurantes se ha acelerado lo que ha provocado que 9.000 establecimientos se hayan adherido a esta plataforma, de los cuales el 90% son pequeñas y medianas empresas (pymes). A finales de 2020 sumaban más de 18.000 nuevos establecimientos.
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Antes que Glovo, la primera compañía española que consiguió superar la valoración de los 1.000 millones de dólares fue Cabify, que se define como una plataforma de intermediación que conecta a usuarios particulares y empresas con las formas de transporte que mejor se adaptan a sus necesidades. Hace tres años anunció una ronda de financiación de 160 millones de dólares que le llevó a superar la cota de los 1.400 millones de dólares de valoración. Nacida en 2011, opera en casi 90 ciudades de 11 países, tiene más de 1.000 empleados y más de 400.000 conductores, además de 35 millones de usuarios registrados.
En este sentido, hay otras seis compañías españolas que destacan en el universo de las startups: Codigames (videojuegos), Jobandtalent (búsqueda de empleo), Paack (transporte y paquetería), Playtomic (reserva de espacios deportivos), RavenPack (análisis de datos) y Wallapop (compraventa de productos de segunda mano). Según la lista 'Top 100 Next Unicorns' que incluye las 100 compañías tecnológicas europeas más prometedoras, que publica el encuentro tecnológico Viva Technology, estas empresas están llamadas a ser los próximos 'unicornios' españoles.
El ecosistema emprendedor español
Los primeros seis meses de 2021 han sido muy fructíferos para las startups españolas. Según las cifras del proveedor de datos Dealroom, durante este periodo este tipo de compañías ha recibido financiación por valor de 2.200 millones de euros, duplicando la cantidad registrada durante el año anterior. Solo en Barcelona, las startups consiguieron recaudar 1.300 millones de euros en el primer semestre. Madrid, por su parte, recibió 429 millones de euros.
En la actualidad existen 22.771 startups en España, según un estudio realizado por Informa D&B. Esta cifra supone un 5% del total de las empresas creadas entre 2015 y 2020 que continúan teniendo actividad. En este sentido, casi el 95% son microempresas; cerca del 3%, pequeñas; algo más del 1%, medianas; y por debajo del 1%, grandes. Se localizan principalmente en la Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía.
En este contexto, los datos desmitifican el estigma de 'empresas de riesgo', puesto que tienen un mayor porcentaje de supervivencia: el 81% de las startups continúa con la actividad frente al 74% del resto de compañías. Su riesgo de liquidez también es muy inferior, solo el 16% tiene riesgo alto o moderadamente alto frente al 28% del resto. Además, las startups cuentan con un índice de resiliencia más elevado, el 43% se encuentran en el nivel elevado o el medio- alto frente al 40% de las demás organizaciones.
Una de las principales ventajas de este tipo de empresas es que propone negocios disruptivos, lo que le hace conseguir una cuota importante de mercado antes que otros posibles competidores. Precisamente, los avances en digitalización a raíz de la situación provocada por la pandemia de la COVID-19 están abriendo un mundo de posibilidades en sectores como el de la telemedicina, el de la formación online, o el de la ciberseguridad.
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El reto principal al que se enfrentan estas empresas es el de garantizar la liquidez al mismo tiempo que surge la necesidad de realizar una importante inversión inicial para, por ejemplo, la compra de maquinaria o el alquiler de un espacio. De ahí que, para empezar a operar, sea preciso disponer de caja suficiente para sobrevivir al menos el primer año.
España, polo de atracción de las 'startups' internacionales
El pasado mes de febrero el Gobierno anunció su intención de aprobar la Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, también conocida como Ley de startups, una nueva legislación que incluirá ventajas fiscales e incentivos de inversión, al mismo tiempo que facilitará la tramitación administrativa, ayudará a atraer y retener talento e impulsará el acercamiento de la Formación Profesional (FP) y la universidad a las empresas emergentes.
"La aprobación de una Ley de startups tendría un indudable efecto catalizador sobre las inversiones internacionales en el ecosistema español. Un ecosistema que ha madurado y que ha crecido pero que tiene todavía muchas oportunidades que no acaban de aprovecharse. Una Ley de startups supondría un efecto llamada en ámbitos internacionales que se retroalimentaría con el enorme talento que existe en el país. Esta nueva norma puede y debe ser el punto de inflexión que el ecosistema español necesita para dar el salto de competitividad y de impulso que necesita", señalan desde la Asociación Española de Startups.
En este contexto, según la encuesta 'The power of the ecosystem', elaborada por Startup Heatmap Europe en base a las respuestas de más de 1.300 profesionales, solo Berlín y Londres han logrado superar a Barcelona entre las preferencias de los participantes, que han destacado, de nuevo, el importante polo de atracción que supone la urbe española dentro del sector tecnológico.
"España destaca por ser el único país en Europa que tiene dos hubs [Barcelona y Madrid] muy bien posicionados en los rankings mundiales de ecosistemas startups", señala Yolanda Pérez, directora de BStartup de Banco Sabadell.
Barcelona y Madrid representan dos hubs muy diferentes que responden, en parte, a la idiosincrasia de cada ciudad. "Parece que Madrid destaca más en actividades fintech, insurtech, etc., mientras que Barcelona tiene el foco puesto en el sector del e-commerce, el del biotech...", explica Pérez. Pero, además, destacan otras localizaciones, aunque más pequeñas, como Valencia o Bilbao. En el caso de Valencia, por ejemplo, "la ciudad ha hecho una labor importantísima en los últimos años para atraer startups e inversión", destaca la directora de BStartup de Banco Sabadell, cuya sede se encuentra en la capital levantina.
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