
Con la llegada de la crisis, los esfuerzos de las pymes se centraron en sobrevivir, dejando de lado otros muchos aspectos. Una de las políticas que sufrió los efectos colaterales de esa decisión fue la de la sostenibilidad, un elemento que las empresas utilizan para demostrar su compromiso con el entorno en el que realizan su actividad.
En concreto, entre 2008 y 2010 una de cada tres empresas abandonó las políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), según el Informe Forética 2011. Pero la tendencia está cambiando: las empresas se han dado cuenta de que la sostenibilidad ya no es solo una cuestión de solidaridad con el entorno de la compañía, sino que se ha convertido en un negocio.
Este punto es especialmente destacado en España, según un estudio de Edelman sobre la confianza de la población en el tejido empresarial en 23 países. En concreto, los españoles son los menos dispuestos a aceptar que una empresa solo persiga aumentar sus ganancias, descuidando los intereses de la sociedad.
Apuesta por la sostenibilidad
Por ello, son cada vez más las empresas que apuestan por la sostenibilidad. Y no solo por imagen, sino por negocio. Tanto para las grandes empresas, como para las pymes, que los están aprovechando como factor diferenciador y de valor añadido.
De esta manera, la sostenibilidad y las RSC constituyen cada vez más un factor diferenciar y una garantía de buena gestión que sirve para distinguir a las empresas solventes y competitivas de las que no lo son tanto por parte de consumidores, inversores y entidades públicas y privadas.
"Hay una clara corriente de consumidores cada vez más formados que empiezan a tomar decisiones conscientes en sus elecciones de compras y el hecho de que una pyme lo tenga en cuenta es importante", explica Paz Hernández, de El Ojo Sostenible, una consultora especializada en pymes.
"La empresa sostenible es la que opera haciendo un uso eficiente de los recursos, la que maximiza el valor que aporta a la sociedad, la que no está aquí sólo para vender, la que a la hora de utilizar procesos piensa en una triple vertiente: la económica, la social y la medioambiental". La dueña de esta definición es Sara de Dios, directora de Global Business Innovation de Havas Media.
Asunción de valores
Es algo más que cumplir con las obligaciones jurídicas o incorporar a la gestión normas de gestión ambiental. "Tiene más que ver con la asunción de ciertos valores como la internalización de las aspectos, las emisiones atmosféricas, los residuos durante la producción, los vertidos, la transparencia, el trato ético al empleado, las exigencias éticas a los proveedores...", añade.
Una empresa que apuesta claramente por la sostenibilidad es HP, que durante décadas ha sido un líder medioambiental, conduciendo la compañía a través de un diseño integral en la estrategia de medio ambiente. Tiene el compromiso permanente de mantener la responsabilidad en la cadena de suministro, las operaciones de eficiencia energética, la reducción de su impacto sobre el clima y la oferta de productos reutilizables y opciones de reciclaje.
No se queda ahí, ya que apuesta también por generar valor y ventajas competitivas a sus clientes, acercándoles soluciones totalmente comprometidas con el medio ambiente, y que además permiten ahorrar costes y energía. De hecho, todos los productos de HP son de media un 50% más eficientes que en 2005.
Uno de los productos estrella para hacer más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente a las pymes es la familia de impresoras HP Officejet OJ Pro que cuentan con los requisitos establecidos por Energy STAR, la Agencia de Protección Medioambiental, al permitir reducir un 50% el consumo energético y de papel, que se suma al 50% en ahorro de coste por página a color.
Por si fuera poco, HP también ofrece tecnologías propias, que multiplican la eficiencia. Así, con el completo portafolio de soluciones ecológicas de la compañía se puede reducir el consumo de energía hasta un 80%. Gracias a su política, HP fue nombrada en 2011 la empresa electrónica líder en el ranking de Global Green Brands, realizado por la consultoría externa Interbrand. Claro ejemplo de que se puede ser verde, productivo y además reducir costes.