'El telescopio espacial que nos permitirá ver cómo nació el universo.'
Programado para su lanzamiento en 2021, el telescopio espacial James Webb es el telescopio espacial más complejo y poderoso jamás construido. Gracias al esfuerzo de 17 países y tres agencias espaciales (NASA, ESA y CSA) ofrecerá una resolución y sensibilidad de imagen sin precedentes. Su espejo de 6,5 metros y sus dimensiones (es casi del tamaño de una cancha de tenis) dejan muy atrás al longevo Hubble o al más moderno Herschel.
Pero también sus cifras de costes, sobrecostes y retrasos son extraordinarias. Desde la fecha de lanzamiento original, en 2007, hasta la actual, en 2021, el presupuesto prácticamente se ha duplicado alcanzando los casi 10.000 millones de dólares.
Su lanzamiento está previsto, si no hay nuevos retrasos, para el 25 de diciembre desde el Puerto Espacial de Kourou, también conocido como Centro Espacial Guayanés. Es un puerto espacial situado cerca de la localidad de Kourou, en la Guayana Francesa y lo usa principalmente la Agencia Espacial Europea.
A bordo de un Ariane 5 de la ESA el James Webb iniciará su viaje hasta el punto de Lagrange 2 (L2) a más de un millón y medio de kilómetros de la Tierra.
Una vez que el Ariane 5 haya colocado el James Webb en órbita este emprenderá camino por sus propios medios hasta llegar a su destino final en L2. Por el camino deberá desplegarse, una de las operaciones más delicadas de toda la misión.
Para poder introducir el telescopio en la cofia del Ariane este se ha tenido que doblar como si de un ejercicio de papiroflexia se tratase y tendrá que realizar su despliegue en el espacio de forma autónoma. Cualquier error que se produzca podría ser fatal y llevar al traste toda la misión.
Día 0
Una vez el telescopio llega a L2 comienzan los 14 días de armado para llegar a su configuración final.
Día 3
Despliegue de las estructuras protectoras.
Día 5
Los cables tensores despliegan el parasol.
Día 6
Separación de las 5 capas de aislamiento del parasol.
Día 11
La estructura del espejo secundario se activa para colocar este en su posición.
Día 13
El espejo primario se despliega totalmente dejando la estructura del JWST totalmente montada
El destino final de este ingenio es el punto de Lagrange 2 (L2). A más de un millón y medio de kilómetros de la Tierra y unos 61.500 de la Luna. Este punto garantiza una posición estable y poder orbitar alrededor del Sol a la misma velocidad que la Tierra. Esa posición tan lejana también hace que sea imposible reparar el telescopio si este sufre un fallo fatal, al contrario que el Hubble, que pudo alargar su vida operativa después de 5 misiones de servicio (y un rescate in extremis por los técnicos jubilados de la NASA).
Diseñado y construido para dotar a los científicos de las capacidades necesarias para ampliar las fronteras del conocimiento sobre nuestro sistema solar, la formación de las estrellas y los planetas incluidos aquellos ajenos a nuestro sistema solar (exoplanetas) y sobre cómo se crean y evolucionan las galaxias. El telescopio Webb observará el universo en longitudes de onda más largas que la luz visible, es decir, en el infrarrojo cercano y el infrarrojo medio. Sus datos estarán a disposición de la comunidad científica mundial.
Webb alterará fundamentalmente nuestra comprensión del universo. Su principal objetivo es arrojar luz sobre nuestros orígenes cósmicos: observará las primeras galaxias del universo, revelará el nacimiento de las estrellas y planetas y examinará los exoplanetas en busca de condiciones que favorezcan la vida.
Al observar la parte infrarroja del espectro, Webb podrá mirar a través de las nubes de polvo que rodean a las estrellas recién nacidas, y su magnífica sensibilidad permitirá a los astrónomos investigar las etapas más tempranas del nacimiento de las estrellas, lo que se conoce como 'núcleos protoestelares'. También estudiará supernovas, o muertes explosivas de estrellas muy masivas, unos de los sucesos de mayor carga energética del universo.
Por primera vez, podremos observar directamente las primeras estrellas y galaxias del universo primigenio. Cuando observamos algo que se encuentra a un millón de años luz de distancia, lo que realmente estamos viendo es el aspecto de ese objeto hace un millón de años: estamos mirando hacia atrás en el tiempo.
La luz de las galaxias situadas a miles de millones de años luz de distancia viaja hacia nosotros atravesando un universo en expansión. Esto hace que su longitud de onda se alargue hacia el infrarrojo. Los sensores de luz infrarroja del Webb podrán ayudarnos a retroceder 13.500 millones de años, poco después del Big Bang, y mostrarnos cómo era el universo entonces.
Polémicas
Desde que en 1997 se aprobase y programase la construcción y el lanzamiento del telescopio para 2007 han pasado muchas cosas. Con un presupuesto inicial de 1.000 millones de dólares la administración de la NASA pronto se dieron cuenta de que se habían quedado muy cortos. Los informes de entonces hablaban de que un ingenio de esas características necesitaría de por lo menos unos 7.000 millones de dólares (cifras de 2006). Debido a eso muchos fondos previstos para otras investigaciones se desviaron para financiar este proyecto que pronto fue tildado como 'el telescopio que se comió la astronomía' por la revista científica Nature.
James Webb
Presupuesto planificado
En millones de dólares.
El 6 de julio de 2011, después de haber gastado 3.000 millones y tener el 75 % de sus instrumentos en producción, el comité de asignaciones de Comercio, Justicia y Ciencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió cancelar el proyecto del James Webb Space Telescope (JWST) al proponer un presupuesto para el año fiscal 2012 que eliminó 1.900 millones del presupuesto general de la NASA, de los cuales aproximadamente un cuarto sería para el telescopio JWST. Al día siguiente el Congreso aprobó la continuación de el JWST pero limitó el gasto total a 8.000 millones.
A pesar de la contribución de la ESA de 350 millones y los fondos aportados por otros países la NASA tuvo que acudir nuevamente al congreso para conseguir aumentar el techo de gasto. En total se calcula que la misión habrá dilapidado unos 10.000 millones de dólares una vez haya finalizado.
Pero hasta el mismo nombre del telescopio se ha visto envuelto en polémicas. James Webb fue administrador de la NASA. Nombrado por John F. Kennedy participó activamente en el programa Apolo que llevó al hombre a la Luna y es por eso, entre otros motivos, que se eligió su nombre para el ingenio.
No obstante, durante el gobierno de Eisenhower y en medio de la Guerra Fría, James Webb aplicó las políticas gubernamentales homofóbicas conocidas hoy como el lavender scare o 'terror lila'. Una caza de brujas anti- gay que estigmatizó a gran parte de la población y la retiró de cargos gubernamentales.
Hasta 1.200 astrónomos firmaron una petición para exigir a la NASA que cambiase el nombre del sucesor del Hubble, pues consideran más que probada su implicación en estos hechos. La agencia espacial prometió investigar y depurar responsabilidades sobe este tema pero, finalmente, el actual administrador emitió una declaración de una sola frase: 'No hemos encontrado evidencia en este momento que justifique cambiar el nombre del telescopio espacial James Webb'.
Algunos astrónomos han pedido boicotear abiertamente las informaciones sobre el telescopio y otros incluso han propuesto cambiar su nombre por el de Just Wonderful Space Telescope (JWST).
Infografía y textos: Javier J. Barriocanal | Diseño y desarrollo: Ruth Palomares y Ana Martínez