"Ser emprendedor es como ser pintor o escultor: se comienza con una idea y mucho entusiasmo, en el camino se encuentran muchas dificultades pero son el esfuerzo y la perseverancia los que hacen de una obra algo grande" afirma David Quijada, quien heredó la inquietud del pequeño empresario de su padre y para el que empezar durante la crisis le planteó un gran reto pero le hizo al mismo tiempo ser más creativo y perseverante, contando con el trabajo de un gran equipo de trabajo para hacer una realidad la idea de negocio desde el optimismo.
"El día a día está lleno de momentos difíciles y reveses inesperados pero nunca he pensado en abandonar sino en plantearme si el camino escogido es el correcto", concluye Quijada.