
Capital del invierno y frontera del Alto Aragón, Jaca se abre al visitante que busca el reconfortante manto de la nieve. Puerta del Pirineo más espectacular, la capital de la Jacetania es la recomendación de la Guía Repsol para esos amantes del esquí a los que la estación del frío siempre se les hace corta. La ciudad oscense oferta año tras año la mejor combinación de ocio, turismo histórico y sobre todo, la más granada variedad de pistas de esquí en su entorno para solaz del viajero.
El incontable número de visitantes que cada invierno se desliza por los mantos de nieve que rodean esta fortaleza pirenaica hacen que sea el destino favorito en el mundo del esquí. Y es que, cada vez que el mercurio del termómetro empieza a bajar, Jaca tiende su mejor hospitalidad y llega a triplicar una población que en lo cálido del año no propasa los 13.000 habitantes. Toda una prueba de éxito que sólo confirma que este enclave oscense es la llave al deporte rey de la gélida estación.
Enclaustrada a la sombra del Monte Oroel y abierta a sur y norte, Jaca tiene una situación privilegiada con un reguero de excelsas pistas de esquí en sus cercanías. Elevada a 820 metros de altitud sobre el nivel del mar, la localidad jacetana tiene como más próximas, a unos 33 kilómetros de distancia, las estaciones de Candanchú y Astún, enclavadas a su vez en uno de los parajes más hermosos del Pirineo Aragonés: el valle del Aragón. Un total de 88 kilómetros de pistas de esquí alpino, 39 kilómetros de esquí de fondo, 41 remontes mecánicos, 219 cañones de nieve artificial y 145 profesores y entrenadores. Todos los recursos al alcance de la mano para disfrutar al máximo sin descuidar en ningún momento la seguridad y que permiten a las instalaciones albergar cómodamente hasta 36.100 esquiadores por hora.
El entorno mágico de las pistas
Astún, siempre con una nieve de óptima calidad, cubre con abundancia pistas y recorridos adaptados a distintos niveles de sus visitantes. La estación posee un área esquiable de 500 hectáreas donde diversas modalidades de esquí pueden ser practicadas: alpino, snowboard, fondo, telemark, competición y un largo etcétera. El mágico entorno que rodea las pistas convierte la jornada de esquí en un recuerdo de belleza imborrable.
Igualmente, la estación de Astún proporciona a pie de pistas todos los servicios necesarios para disfrutar de una jornada teñida de nieve, desde recursos para mejorar la técnica en cualquiera de las disciplinas sobre nieve hasta la completa atención de los profesionales de la misma, monitores y técnicos que se apoyan en las más punteras tecnologías para que pistas y remontes estén en perfecto estado para garantizar la total seguridad día tras día de la temporada.
Por su parte, Candanchú ofrece 840 metros de desnivel repartidos en diez pistas verdes, once azules, dieciocho rojas y doce negras, que suman un total de 51 pistas y 42 kilómetros transitables y esquiables, pisados y balizados. A ellas se accede a través de 24 remontes mecánicos, seis telesillas y 18 telesquís con capacidad de transporte de hasta 21.090 esquiadores a la hora. Candanchú compensa la escasez de nieves de la climatología caprichosa con 129 cañones de innovación artificial, que surten 8,5 kilómetros de pistas. Para la práctica del esquí de fondo, la estación dispone de cinco circuitos, unos 35 kilómetros que recorren la distancia entre Candanchú y Le Somport.
Para el agotado esquiador que regresa a la casilla de salida tras una dura jornada de nieve, Jaca saca sus mejores galas y ofrece una variedad de actividades que comienza con su famosa pista de patinaje sobre hielo y termina con la amalgama céntrica y siempre necesaria de restaurantes y pubs en los que disfrutar de los encantos de la urbe al pie de la más pura montaña. En medio queda la cronología de Jaca, cruce de caminos en la Historia y reino de una arquitectura única. La catedral del siglo XI es el colofón perfecto para la ciudadela militar y pétrea que fue la ciudad. Frondosa de parques y henchida de aire puro, Jaca fue y es estaca clave en el Camino de Santiago y seguirá siendo, por mucho, la reina del invierno.