
El mundo viene atravesando una de las peores crisis de los últimos setenta años, que ha puesto a prueba la eficacia del sistema internacional y la capacidad de gestión de los Gobiernos. Perú fue uno de los primeros países de Latinoamérica en adoptar medidas para contener la pandemia, en lo que ha sido considerado el mayor plan económico de la región. Este, con un valor de 25.000 millones de dólares (12% PIB), ha permitido implementar medidas destinadas a apoyar a familias, trabajadores y empresas paralizadas por la cuarentena.
Esto no hubiera sido posible sin la solidez macroeconómica y la disciplina fiscal que caracteriza al Perú y que se refleja en un bajo endeudamiento, bajo riesgo país y uno de los mayores niveles de reservas en la región, lo que lo ha llevado a ubicarse entre las cuatro economías emergentes más sólidas para enfrentar la pandemia. Aunque no se ha conseguido aún el nivel de contención deseado de la enfermedad, y es posible que en 2020 veamos una reducción en el crecimiento de la economía, el plan ha evitado peores escenarios y ha protegido a los sectores sociales más vulnerables y al tejido productivo de disrupciones permanentes.
El proceso de reanudación de las actividades está en marcha y comprenderá cuatro etapas, hasta agosto, empezando por sectores económicos claves como minería (60% de nuestras exportaciones), construcción, comercio y servicios. En este proceso, será fundamental la recuperación de nuestros principales socios. La lucha eficaz contra la pandemia requiere de respuestas globales y de esfuerzos regionales concertados. Son de destacar, en ese sentido, las iniciativas de colaboración del Gobierno español tanto a nivel europeo como con sus socios Iberoamericanos.
El Perú tiene en España a un socio estratégico, con el que comparte valores e intereses fundamentales. Dentro del trágico balance que deja la pandemia, debemos aprovechar las oportunidades que pueden surgir para profundizar estos vínculos que son históricos. Confiamos en que, superada la crisis, ambos Gobiernos de la mano con los respectivos sectores empresariales forjarán nuevas alianzas y nuevos emprendimientos en la amplia gama de oportunidades a la inversión que ofrece el Perú, una de las economías más estables y dinámicas de la región.